Tarragona colabora en la reconstrucción del rostro de una neardental de hace 75.000 años
La recuperación del cráneo protagoniza un documental de Netflix. La participación local es a cargo de la doctora Lucía López-Polín, investigadora del IPHES (URV)
Los adelantos en genética y técnicas de imagen permiten conocer de forma realista el aspecto de nuestros antepasados, de los cuales solo se conservan fósiles y no siempre en buen estado.
Ahora podemos ver como era la cara de una mujer neandertal que vivió hace 75.000 años en el actual Krdistán iraquí. Este proceso de reconstrucción facial ha sido posible gracias a un equipo de arqueólogos y paleoantropólogos liderado por la Universidad de Cambridge, de entre los cuales hay la doctora Lucía López-Polín, investigadora de la IPHES (URV) y responsable de los trabajos de conservación y reconstrucción de los restos.
Los trabajos de reconstrucción han necesitado más de un año meses de trabajo minucioso para recomponer los más de 200 fragmentos craneales.
El proceso para recuperar los fósiles de esta mujer, bautizada como Shanidar Z, y ponerle cara se describe en un documental de Netflix producido por la BBC, Secretos of the Neanderthals disponible de este jueves 2 de mayo.
Una neanderthal de edad avanzada
Los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años pero durante miles de años convivieron con los Homo sapiens, y se sabe que las dos especies hibridaron. De hecho, las poblaciones actuales tienen una parte de ADN neandertal.
A pesar de que el aspecto de Shanidar Z nos pueda resultar familiar, la doctora Emma Pomeroy, paleoantropóloga de Cambridge, afirma que «los cráneos de los neandertales y los humanos tienen un aspecto muy diferente».
Un nuevo análisis sugiere que Shanidar Z era una mujer grande para su época, quizás de unos 40 años, según los investigadores, que tenía que ser una edad significativa a la prehistoria.
Como que no disponían de los huesos pélvicos, el equipo se basó en la secuenciación de las proteínas del esmalte dental para determinar el sexo. Los dientes también se utilizaron para mesurar la edad a través de los niveles de desgaste. Algunas piezas frontales se habían desgastado hasta la raíz. Los científicos estiman que hacía 1,5 metros, cosa que apoya la hipótesis que era una hembra.
La extracción de los restos, un trabajo muy complejo
La extracción de los restos de esta mujer de la cueva Shanidar fue un proceso complejo y delicado. El cráneo estaba completamente aplastado y recubierto de rocas, probablemente debido a un desprendimiento al poco de su muerte, puesto que habría pasado después de la descomposición del cerebro, pero antes de que el cráneo se llenara de sedimentos.
Posteriormente, y ya en el laboratorio de Cambridge, pasaron por el escáner cada uno de los bloques para poder extraer los huesos de su interior de una manera guiada. «Fue como un rompecabezas 3D de alto riesgo. Un solo bloque necesitaba unos 15 días para ser procesado», ha explicado Emma Pomeroy.
Finalmente, el cráneo reconstruido fue escaneado e impreso en 3D. Esta fue la base porque los paleoartistes Adrie y Alfons Kennis, añadieran capas de músculo y piel artificial para resucitar esta mujer neandertal.