Calor y sudor, soluciones efectivas
El verano es la época del año en la que el cuerpo transpira más
Oler bien es un deber social imprescindible. Durante el verano, a causa del calor, el cuerpo transpira más y la necesidad de tener sensación de limpieza y frescura es mayor.
La transpiración
Es un mecanismo de defensa del cuerpo humano para contrarrestar los efectos del calor y las altas temperaturas. Cuando los termómetros aumentan o cuando ataca el estrés, salta la voz de alarma: las glándulas sudoríparas se ponen en posición de alerta y para mantener el equilibrio térmico segregan agua, que hace descender la temperatura corporal. Esta agua es un cóctel inodoro de toxinas, sales y residuos. Entonces entran en juego los desodorantes, que deben encubrir el olor con fragancias agradables, reducir dentro de lo posible la flora bacteriana a base de activos antibacterianos y regular la producción excesiva de sudor.
Tipos de sudor
El primero es el llamado sudor térmico, necesario para regular la temperatura corporal. Se produce en las glándulas endocrinas. Puede desencadenarse por el calor extremo o por el interno. El segundo tipo es el emocional. Está causado por múltiples circunstancias de la vida real-estrés, presión en el trabajo, una situación embarazosa, de nervios o de alta emotividad, independientemente del calor que haga.
Higiene corporal
Se debe mantener una correcta higiene corporal con baños y duchas frecuentes y prestando especial atención a las zonas más conflictivas: axilas, manos y pies. Se aconseja un lavado con infusión de menta se aprecian buenos resultados. Los jabones antisépticos con un pH adecuado son los más recomendables. Hay que secarse con suma meticulosidad después del baño.
La eficacia de los desodorantes
Depende de muchos factores: temperatura, ropa, esfuerzos, estrés, tensión y también de si se suda mucho o poco de forma natural. La hiperhidrosis se produce por un fallo del sistema nervioso simpático, que origina que el organismo produzca más sudor del que necesita para regular la temperatura corporal. En el caso de tener hiperhidrosis tiene que ser siempre evaluada por un dermatólogo.
Cómo actúan
Por un lado, están los antitranspirantes, que inhiben la transpiración taponando superficialmente los poros de salida del sudor y están recomendados para las personas que transpiran mucho. Por otro lado, los desodorantes bactericidas destruyen las bacterias naturales de la piel, responsables de la degradación de la sudoración y de su olor característico. Los desodorantes más novedosos incorporan lo mejor de la cosmética en sus fórmulas. También existen los que prolongan su acción a lo largo de varios días, gracias a unas microesferas.
Desodorantes naturales
Pueden contrarrestar el olor, pero no controlar la humedad. Son eficaces para las pieles muy sensibles o alérgicas los toleran bien. El aceite de lavanda es muy eficaz, pero resulta demasiado fuerte para usarlo directamente, por lo que se debe hacer un agua de lavanda (tres gotas de aceite, una cucharada sopera de azúcar y seis decilitros de agua destilada y dejar reposar dos semanas) y aplicarla una vez al día en las zonas problemáticas (axilas, manos, pies). Ingredientes: Aceite de coco virgen, bicarbonato y aceite de lavanda. Ponemos una cucharadita de postre de coco líquido, una de bicarbonato y lo mezclamos, luego añadiremos unas 5 gotitas de aceite esencial de lavanda, hasta obtener una mezcla homogénea.
Vestimenta y alimentación
Los tejidos naturales, como la lana o el algodón, producen un olor más agradable que el que desprenden los de fibra sintética, ya que permiten la circulación del aire y reducen la sudoración. El calzado debe ser amplio y transpirable, y es bueno renovarlo con frecuencia para que se airee. La comida también influye en el olor. En verano es ideal una dieta verde a base de lechuga, espinacas, apio, perejil, menta y otras verduras y hortalizas, y mucha fruta, como melón, sandia y melocotón. Es mejor evitar el ajo, la cebolla y la col, y moderar el consumo de café.