Roger Conesa: «Para mí, hacer un disco es como una celebración»
Tras diez años sin publicar, el artista tarraconense lanza ‘Endreça’, un disco para restablecer su orden existencial
Los que le conocen aseguran que es un artista necesario y que se podría hacer un hueco, perfectamente, entre Albert Pla y Frank Zappa, por su atrevimiento, por su locura, su manera de entender el arte en general y porque el tarraconense Roger Conesa, compone, produce, toca, canta y todo lo que se proponga de una forma muy personal y sin filtros.
Por fin nuevo disco, han tenido que pasar 10 años desde ‘Ciutòpolis’. ¿Cómo se siente?
Estoy muy contento y me siento liberado y descansado, porque hacer un disco es un proceso muy intenso, es un trabajo de muchos meses y dedicarle muchísimas horas, pero tenía claro que si no paraba de decir que iba a hacer un disco, tenía que hacerlo; así que en noviembre de 2022 empecé mi primer stage y ya me puse muy en serio a crear cada tema de Endreça.
Ha viajado a varios lugares para encontrar cada sonido y cada letra, ha contado con colaboraciones muy diferentes. ¿Ha tardado 10 años, pero ha hecho el disco que le apetecía?
Eso lo tenía claro y también que no quería alargar el proceso de creación, ni la fecha de entrega. Los otros discos los saqué mucho tiempo después de pensarlos y luego ya estaba en otra etapa de la vida. Buscar lugares y personas para crearlo ha sido un proceso natural, pero ya te digo que cuando estaba en el Pallars, por ejemplo, vi claramente qué entraba en Endreça y qué se quedaba fuera.
Y tirar de buenos amigos para aportar su arte, ¿por qué?
Mira, un disco para mí siempre es una celebración porque concluyes y cierras una etapa; y tenía claro que las experiencias vividas con todas esas personas sirven para decir algo, así que le di a cada uno su lugar y el tema en el que han colaborado casi de una forma natural. Pasaba por lugares o pasaban cosas que me recordaban a Mucha Muchacha o Josep Pedrals u Ombligo, les hice la propuesta, les encantó y el resultado mola mucho.
¿’Endreça’ es también ordenar su vida, sus emociones, quitarse algunos complejos, tirarse a la piscina en la creación?
Pues sí, son todas esas cosas. Siempre he tenido el síndrome del impostor, porque soy artista plástico, actor, artista sonoro, multi instrumentista, productor... y en esta sociedad que tiende a la especialización me parecía que yo no encajaba; pero crear este disco me ha servido para decir que yo soy todo eso y no pasa nada. Cada canción es una etapa emocional que va desde saber cerrar capítulos, disfrutar del silencio, soltar ciertas cosas, agradecer a tu gente el apoyo que te ha dado siempre.
Le voy a meter en el saco de la gente que rompe esquemas en la música como Rosalía, Rodrigo Cuevas y C. Tangana, porque usted juega con la canción de autor, la música tradicional y el vanguardismo, y eso solo lo hacen los elegidos.
Te lo agradezco mucho, pero no te creas, que para llegar a esto he tenido que pensar muchísimo y ha sido un proceso de creación de cierto sufrimiento e incluso llegué a plantearme si merecía la pena. Le di muchas vueltas a porqué lo estaba haciendo y bueno, algo hace que sigas por ahí. Luego está la parte de empatía de la gente que te dice que les gusta mucho y se identifica con las canciones y eso lo compensa todo.
Ha contado en la producción con Magí Capdevila, que por cierto, se estrenaba como productor. ¿Quiso meter mano en algún momento en el proceso?
Magí ha hecho un trabajo excelente y desde el primer momento le di toda la libertad del mundo. Yo podría haber marcado mi estilo y mi manera de ver las cosas, pero me gustaba mucho la idea de tener productor y que él jugara con mis conceptos y dejarme sorprender. Tengo que decirte que me costó mucho colocarme en ese lugar y asumí el riesgo de dejarlo en sus manos, pero le estoy muy agradecido.
¿Ha tenido la sensación de meterse en un berenjenal con lo bien que estaba Roger Conesa trabajando para otros?
Tal cual, y tuve muchas dudas en hacer el disco porque sabía que era muchísimo trabajo, por eso desde el primer momento me puse una fecha de entrega. La producción del último disco de Joan Reig, “Bagatzem”, me hizo reaccionar. Puse a su servicio potenciar su propuesta musical, ahí me di cuenta que yo también quería vivir la experiencia de tener un disco propio.