‘Vidas perfectas’, un prescindible remake de intriga

Ya se sabe que los remakes, en su inmensa mayoría, son siempre obras menores en comparación a los filmes originales. Pero siempre hay alguna excepción. Ahí están casos como Ben-Hur (1959) sobre la de 1925 (sin contar el desastre de versión de Timur Bekmambetov de 2016); Casino Royale (2006) sobre la de 1967; Infiltrados (2006) sobre Juegos sucios (2002); Por un puñado de dólares (1964) sobre Yo Jimbo (1961); El precio del poder (1983) sobre Scarface, el terror del hampa (1932); o La mosca (1986) sobre la de 1958. Son algunas excepciones que confirman la regla.

Y Vidas perfectas no va a entrar entre ese grupo de singularidades. No es el caso. En plena moda del remake del thriller, el filme de Benoit Delhomme pasa sin pena ni gloria sobre el filme original del belga Olivier Masset Depasse, de 2019. Duelles logró ganar casi todos los principales Magritte, los premios que anualmente otorga la Academia de Cine de Bélgica.

Bajo el título original de Mothers’ Instinct, el filme nos sitúa en los años 60. Allí, Alice (Jessica Chastain) y Celine (Anne Hathaway) disfrutan de sus idílicas vidas junto a sus respectivos hijos y exitosos maridos. Son las mejores amigas y vecinas. Pero la perfecta armonía de sus ‘vidas perfectas’ se rompe repentinamente después de un trágico accidente. Una combinación de culpa, sospecha y paranoia destruye el vínculo entre Alice y Celine dando lugar a una dura batalla psicológica cuando los instintos maternales de ambas revelen su lado oscuro para defender a los suyos.

Ese duelo -en forma de guerra psicológica- entre Alice y Celine (es decir, entre Chastain y Hathaway) es lo más sobresaliente de la película. Ante la falta de ritmo y de una trama bien elaborada, destaca la gran interpretativa del dúo protagonista. Mientras Chastain se llevó el Oscar por Los ojos de Tammy Faye (2021), Anne Hathaway lo conquistó por Los miserables (2012). Dos actrices de primerísima línea que ofrecen lo mejor de ellas en una historia situada en los años 60, con una correcta puesta en escena, vestuario, fotografía y banda sonora. Pero si algo tiene Vidas perfectas es el cara a cara entre la californiana y la neoyorquina.

Del casting masculino no se puede decir lo mismo. Las interpretaciones de los dos maridos (Josh Charles y Anders Danielsen Lie) son insípidas. Les falta sustancia en comparación con lo que sobra en el otro lado.

A caballo entre el thriller y el melodrama demodé, la única emoción que genera el filme es el que desprenden las dos esposas protagonistas, dispuestas a todo con tal de redimirse y salvar los restos del naufragio.

Vidas perfectas quiere emular en parte el thriller de Hitchcock al tiempo que busca fusionarlo con el melodrama clásico de Douglas Sirk. Pero Benoit Delhomme no ha sabido dar con la tecla que dé la nota justa, a pesar de tener en sus manos buenos elementos para construir un filme al menos entretenido. Ya no digamos perfecto.

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