‘Parpadea dos veces’, un sorprendente viaje al suspense

Thriller psicológico. Satisfactorio debut en la dirección de la actriz Zöe Kravitz con un filme de intriga a lo #MeToo que recupera a actores que estaban en el olvido

En un verano donde el cine de acción ha vuelto a acaparar la atención de los amantes de ese género, el thriller vuelve a destacar por la alta calidad de algunos de sus estrenos. Si hace tres semanas era Longlegs la película que conseguía los aplausos y las alabanzas de crítica y público, ahora es Parpadea dos veces la que se ha erigido como uno de los estrenos del verano por su originalidad y mensaje. Dos películas que tienen otra cosa en común: sus director@s.

Así, mientras que Longlegs está dirigida por Oz Perkins, hijo del mítico Anthony Perkins, Parpadea dos veces tiene como directora a Zöe Kravitz, hija del archiconocido músico Lenny Kravitz. El thriller ha querido que dos ‘hijos de...’ hayan prosperado en un género realmente complicado en el que es difícil triunfar sin una mínima pizca de talento. Y parece que se da en ambos casos.

A Zöe Kravitz la hemos visto crecer como actriz el filmes de alto presupuesto como The Batman (2022), Mad Max: Furia en la carretera (2015), Divergente (2014), After Earth (2013) y X-Men: Primera Generación (2011). Ahora la de Venice ha dado el salto para ponerse tras la cámara y lo la hecho satisfactoriamente en este efectivo thriller, que la posiciona como cineasta con buenas perspectivas de futuro.

Lo que está claro es que Kravitz consigue su objetivo: compensar los elementos más oscuros de la historia que nos está contando con momentos de comedia que alivian la tensión. Y, todo ello, manteniendo la atención del espectador durante algo más de hora y media.

La historia arranca cuando el magnate de la tecnología Slater King (Channing Tatum) conoce a la camarera Frida (Naomi Ackie) en su gala de recaudación de fondos, momento en que saltan chispas entre ambos. La invita a acompañarle a él y a sus amigos a unas vacaciones de ensueño en su isla privada. Un auténtico paraíso. Las noches salvajes se mezclan con mañanas bañadas por el sol y todo el mundo se lo pasa en grande. Nadie quiere que el viaje termine, pero cuando empiezan a suceder cosas extrañas, Frida intuye que algo anda mal en ese lugar. Tendrá que descubrir la verdad si quiere salir viva de la fiesta.

Parpadea dos veces es un thriller psicológico que aborda varios temas pero en el que tiene cabida también la crítica social referente a las desigualdades entre hombres y mujeres y cómo esas mismas disparidades evolucionan en entornos corrompidos. Las repercusiones del movimiento viral MeToo tiene perfecta cabida en esta aventura estimulante y fresca.

Un filme impregnado de suspense en el que además Kravitz ha querido rodearse de actores que parecían ya olvidados por los espectadores. Ahí están Christian Slater (Amor a quemarropa, Entrevista con el vampiro, Very bad things, Broken arrow, Hard rain o Cazadores de mentes), Kyle MacLachlan (Después de una noche, The Trigger Effect, Showgirls, Dune o Terciopelo azul), Geena Davis (Bitelchús, Thelma & Louise, Tootsie, La isla de las cabezas cortadas o La mosca) o Haley Joel Osment, de quien ya apenas sabíamos nada desde El sexto sentido o A. I. Otro punto más a favor de este sorprendente viaje al suspense.

Álex (interpretada por la reusense Aida Folch) es una española que comienza un nuevo trabajo como camarera en un restaurante de una isla perdida. Alex se enamora de Max, el gerente norteamericano del establecimiento con un oscuro pasado.

Alonso (barrendero; Roberto Álamo) y Marisa (tarotista; Malena Alterio), Torres y Fátima (charcuteros; Jordi Sánchez y María Botto) y Calatrava (cirujano estético; Julián López) y Vicky (influencer; Kira Miró) han reservado una casa aislada en Canarias para pasar las mejores vacaciones de su vida.

Maxine no está nada bien, acaba de perder a sus amigos de una forma horrible y violenta, pero algo en su interior le dice que tiene que continuar, a pesar de haber sido la única superviviente. Mientras lidia con esta situación continúa su viaje hacia Los Ángeles para intentar convertirse en una de las actrices más famosas de 1980.

Andrew Blake, un hombre de negocios británico cansado de un mundo en el que ya no encuentra su lugar, acepta el trabajo como mayordomo de una casa solariega en Francia.