‘Marlowe’, mejor volver a los clásicos de toda la vida

El personaje del investigador privado Philip Marlowe es un personaje legendario con actores legendarios que lo han interpretado. Ha sido llevado a la gran pantalla en numerosas ocasiones. Ahí están actores de la talla de Humprey Bogart (El sueño eterno, 1946), Elliot Gould (El largo adiós, 1973), James Garner (Marlowe, un detective muy privado, 1969), Robert Montgomery (La dama del lago, 1947), George Montgomery (La ventana siniestra, 1947), Dick Powell (Historia de un detective, 1944), James Caan (Poodle Springs, 1998), Robert Mitchum (Adiós muñeca, 1975, y Detective privado, 1978). Precisamente esta última está basada en El sueño eterno.

Ocho estrellas de Hollywood a las que ahora se ha sumado Liam Neeson con esta nueva versión, ambientada también en los bajos fondos de Los Ángeles a finales de los años 30. El actor irlandés encarna al personaje creado por creado por Raymond Chandler y que desarrolla magníficamente en una docena de novelas. En esta, Marlowe es contratado para encontrar al ex amante de una glamurosa heredera (Diane Kruger), hija de una conocida estrella de cine (Jessica Lange). La desaparición desentierra una red de mentiras y el detective se verá envuelto en una investigación peligrosa y mortal en la que todos los implicados tienen algo que ocultar.

Cine negro clásico con tres actores de reconocido prestigio para encabezar el reparto (Neeson, Kruger y Lange) y una ubicación perfecta (el habitual cine negro está situado en LA).

Rodada en Barcelona

La película varía, sin embargo, algunos aspectos, como la edad del detective para acercarla a los 70 que tiene Neeson, cuyo personaje no para de repetir que «no está para estos trotes» y que lo que quiere es su pensión ya. Otra de las curiosidades es que el cineasta Neil Jordan decidió rodar buena parte del filme en Barcelona «porque en Los Ángeles ya no queda nada». A ello añade los efectos digitales que lo convierte en un ‘noir’ moderno y al que suma la deliciosa interpretación de Kruger, como ‘femme fatal’.

Con un guion de William Monahan basado en la novela La rubia de ojos negros de John Banville y en el personaje de Chandler, Jordan ha contado que inspiró su Marlowe en la figura de Joseph Kennedy, que «por aquel entonces tenía un ‘affaire’ con Gloria Swanson y compró la emisora RKO para otros fines más allá del cine».

Son recuerdos de aquel cine del Hollywood clásico que han vuelto a salir a la luz también en parte gracias a la reciente y exitosa serie televisiva de Perry Mason.

Son los ecos de una época extinguida pero que continúa generando gran expectación ver en ella intrigas, relaciones de poder, sexo y el mundo del celuloide como cortina de fondo sobre la que se proyectan todas las tramas.

Sin embargo, este Marlowe no alcanza la fuerza de algunos de sus predecesores. Especialmente los de Humprey Bogart y Elliot Gould. Seguramente los dos mejores Marlowe de la historia y que contaron con dos directores excepcionales: Howard Hawks y Robert Altman.

A pesar de sus numerosos alicientes, como la fotografía de Xavi Gómez, este filme hispano-irlandés no cubre las ilusiones creadas sobre el inmortal personaje creado hace casi 90 años (1934). La historia flaquea porque el misterio se diluye a las primeras de cambio.

Tampoco Neeson, que es un gran actor, logra dar con el punto al Marlowe que sí alcanzaron Gould y Bogart. Porque, como dice el ripio: «siempre nos quedará Humphrey».

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