‘Gru 4. Mi villano favorito’, momentos delirantes y música de los 80

Animación. El nuevo episodio de la franquicia, el sexto realmente, cumple además de acumular un arsenal de guiños, aunque se echa de menos más desbarre Minion

Corría el año 2010 cuando Universal distribuyó en todo el mundo una cinta animada de su filial Illumination Studios, basada en una idea del español Sergio Pablos, que quiso otorgar el protagonismo a los malos que desafían a los héroes. Ahora, 14 años después, llega la cuarta entrega de Gru, aunque en realidad es la sexta de esta divertida saga, si sumamos Los Minions (2015) y Minions: el origen de Gru (2022). Hace ya muchos episodios que Gru abandonó el lado oscuro y se puso al servicio de la Liga Antivillanos. Padre de familia, ha sumado un bebé a su prole de tres niñas y sigue contando con la anárquica colaboración de los Minions, tan gamberros y divertidos como siempre.

Ahora Gru tiene el difícil cometido de pasar desapercibido en la nueva ciudad a la que se va a vivir para proteger a los suyos. La razón no es otra que la amenaza de un nuevo malvado, antiguo compañero suyo -promoción del 85- en el 'Hogwarts' para formar villanos en el que estudió. Maxime Le Mal (doblado por Will Ferrell en la versión original y Dani Martínez en castellano) tiene aires de diseñador de moda francés con su abultado abrigo de plumas verde y dorado. Le acompaña una estirada secuaz con pinta de modelo, Valentina (doblada por Sofía Vergara), que también pilota su nave. Con su pinta de ir vestido de arriba a abajo de Prada, Maxime Le Mal no solo domina a las cucarachas de la Tierra, sino que él mismo es capaz de convertirse en uno de esos bichos inespachurrables.

Los Minions y los Megaminions

Los directores de esta entrega, Chris Renaud y Patrick Delage, saben que cada cierto tiempo toca una escena al servicio de los carismáticos Minions, cuyo infantil y travieso ejército se ve enriquecido con cuatro nuevos soldados, los Megaminions, dotados de superpoderes que solo acrecientan el desastre.

De esta manera, los secuaces amarillos limón con forma de huevo que hablan en un idioma ininteligible en el que a veces se pueden adivinar palabras como «banana» vuelven a tener su protagonismo.

Además, en esta nueva entrega -como ya sucedió en 2017 con Gru 3- vuelve a haber guiños pop al cine de superhéroes y a títulos como Terminator y Harry Potter, así como muchas concesiones a la nostalgia de los padres que llevarán a sus hijos al cine, con dos éxitos de los años 80 dominando la banda sonora: Karma Chameleon, de Culture Club, y Everybody wants to rule the world, de Tears for Fears. Por desgracia, Maxime Le Mal no está a la altura de Balthazar Bratt, el exniño prodigio de los 80 de aquella tercera entrega, que aparece brevemente al final de esta.

Ahora hasta se las tiene que ver con una niña con 'brackets', que resulta bastante más eficaz robando que él. Gru 4 contiene apuntes satíricos a cuenta de los pijos, las familias en apariencia perfectas y las modernas teorías educativas.

Hay que agradecer la excelencia de la animación aunque en los 95 minutos faltan las típicas escenas ‘slapstick’ tan absurdas y carcajeantes de los Minions. Pero, sin duda, Gru 4 es, al igual que Del revés 2, una apuesta segura de la animación para este verano.

‘Kill Boy’

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