De ruta por Tarragona: el santuario de la vida silvestre

Visitamos la región sur de Tarragona con el propósito de descubrir este enclave protegido, ideal para la observación de aves, siempre y cuando respetemos el silencio de sus aguas

El Delta de l’Ebre nos brinda múltiples rincones de serena belleza, ofreciendo un respiro de la rutina diaria. En la bahía del Fangar, dominada así por el emblemático faro que lleva su nombre, descansa la Bassa de les Olles, una laguna que promete la anhelada tranquilidad que a menudo nos esquiva.

En la ruta de esta semana, visitamos la región sur de Tarragona con el propósito de descubrir este enclave protegido, ideal para la observación de aves, siempre y cuando respetemos el silencio de sus aguas, algo que contrasta con los secretos que esconde el mar. ¿Qué aguarda escondido entre la vegetación?

Dificultad de la ruta

Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.

Desde el punto de vista de la dificultad, esta ruta es de muy poca dureza gracias a sus escasos kilómetros y desnivel positivo o subida. Este recorrido es, de la misma manera que otros itinerarios que se desarrollan en el Delta, un agradable paseo junto al mar cuyo principal interés es disfrutar de un escenario natural hoy amenazado. En lo que respecta a la complejidad técnica, los únicos obstáculos son orientarnos correctamente en sus múltiples cruces y sortear los charcos y el barro que haya podido crear la lluvia.

Instrucciones de la ruta

El recorrido puede emprenderse desde cualquiera de sus miradores, pero se recomienda hacerlo o bien desde el interior de L’Ampolla o bien desde el aparcamiento que hay en la Platja de l’Arenal, al que se accede por una pista de tierra.

Ya en el lugar, pasamos junto al restaurante que hay en busca de la pasarela de madera. La recorremos y, al final, giramos a la derecha para llegar al cruce que conecta con el mirador norte de la Bassa de les Olles. Deshacemos nuestros pasos hasta la última bifurcación y continuamos bordeando la laguna en sentido contrario a las agujas del reloj descubriendo cada uno de los miradores y la estación de bombeo de la zona. De este modo, regresaremos frente al mar para, ahora sí, cerrar la circunferencia dibujada por el recorrido.

Las maravillas del Delta de l’Ebre

En tan sólo unos días comenzará uno de los espectáculos únicos que ofrece la provincia de Tarragona. Mayo marca la llegada del agua a los arrozales y la migración de numerosas aves, incluida la icónica gaviota de Audouin que busca refugio en la Punta de la Banya.

Los aficionados a la fotografía encontrarán paisajes de postal entre los campos de arroz inundados. Para quienes deseen explorar las maravillas del sur de nuestra región, el clima agradable y las largas horas de sol son una invitación a disfrutar de la naturaleza con tranquilidad: el espectáculo alcanzará su punto álgido a finales de junio, pero seguirá pudiéndose observar durante todo el verano mientras el arroz madura y las aves aprovechen para reproducirse -motivo por el que se han de respetar, todavía con más razón, los itinerarios establecidos por el propio Parc Natural-.

De igual forma que hemos completado un recorrido alrededor de la Bassa de les Olles, podemos pasear por las lagunas de la Encanyissada o la Tancada, incluso rodear ambas a pie si estamos dispuestos a completar los casi treinta kilómetros que ello supondría.

El itinerario contiene múltiples atractivos: un total de 7 miradores o puntos de observación, la visión de las antiguas salinas de Sant Antoni, una vista de la tan fotografiada Torre de Sant Joan y la posibilidad de visitar la Casa de Fusta, donde encontraremos el centro de información.

La banda opuesta del Delta, aquella en la que nos encontraremos no es menos interesante. Entre sus puntos de interés destacan la Punta del Fangar, presidida por el faro rodeado por dunas al que podemos llegar caminando, la desembocadura del río junto al mirador del Zigurat, la isla de Buda -la más grande de Catalunya con sus 1.000 hectáreas- o las pasarelas de Riumar, indicadas para pasear con los pequeños.

El último refugio de las aves

En la actualidad, más allá de su valor evidente, los arrozales de la zona desempeñan una labor capital en el desarrollo de las aves. Durante el invierno, el agua de los campos las acoge proporcionándoles un refugio, algo especialmente importante a la luz de que cada vez son menos las zonas que hoy pueden hacerlo, pues la construcción de puertos deportivos o urbanizaciones las deja desamparadas. Así las cosas, es inevitable que nos preguntemos qué sucederá en el futuro si el mar continúa recuperando terreno, amenazando el paraíso que conocemos.

Distancia: 3,34 km

Desnivel positivo: 1 m

Duración: 1 hora

Dificultad física: muy fácil