‘Bikeriders. La ley del asfalto’, retrato y nostalgia de otros tiempos

Moteros americanos. Jeff Nichols dirige esta drama, que cuenta con Tom Hardy, Jodie Comer y Austin Butler, que trata de rendir homenaje a filmes como ‘Easy Rider’

En 1969, hace ahora 55 años, se estrenaba un filme que marcaría época. Easy Rider (Buscando mi destino) contaba la historia de dos motoristas de Los Ángeles que emprendían un viaje hacia Nueva Orleans. Para ello pretendían cruzar todo el país con la intención de descubrir Estados Unidos. Este clásico dirigido por Dennis Hopper y protagonizado por él mismo, Peter Fonda, Jack Nicholson y Karen Black es el perfecto retrato de una época, con el tono y aspecto de aquel momento concreto en el tiempo. Como señaló en su momento el crítico Tom Folsom: «lo que realmente importa en ella es su sentido del espíritu, la idea de usar el cine como un medio para crear algo verdaderamente revolucionario»

Más de cinco décadas después, y ambientada también a mediados de los años 60, llega este Bikeriders. La ley del asfalto, un filme nostálgico que vuelve sobre aquellos pasos de su antecesora y a la que pretende rendir homenaje recreando un momento y un lugar del Medio Oeste americano que ya no pueden volver a existir. Atrás quedan la Ruta 66 (U. S. 66), con 3.940 kilómetros, instaurada en 1926. La película retrata una época de rebelión en Estados Unidos en la década de los 60, contada desde la óptica de una mujer, Kathy (Jodie Comer), tras un encuentro casual en un bar con un club de moteros, ‘The Vandals’ (Los vándalos), liderado por el carismático Johnny, a quien interpreta Tom Hardy.

La protagonista, que esa es la nueva mirada que ofrece el filme respecto a otros anteriores, se siente irremediablemente atraída por Benny, un agresivo motero dispuesto a entrar en cualquier pelea. Bajo esa perspectiva, Kathy va desgranando la degeneración de la banda, que se convierte a marchas forzadas en una pandilla extremadamente violenta sin escrúpulos ni valores en la que Benny ha de elegir entre su relación con Kathy y la figura paternal que encarna Johnny o la lealtad hacia sus compañeros.

La historia, que cuenta con un elenco de lujo con intérpretes como Tom Hardy (Origen, Venom, El renacido, Mad Max: Furia en la carretera, Esto es la guerra), Michael Shannon (Animales nocturnos, La forma del agua, Revolutionary Road), Jodie Comer (Killing Eve, Free Guy, El último duelo) o Austin Butler (Elvis, Dune: Parte Dos, Érase una vez en... Hollywood).

La película trata de entrar en la subcultura de los moteros. Su lado salvaje, o el grupo de amigos apasionados de la velocidad que terminan dándole la espalda a la ley. Cuenta con una buena construcción de sus personajes. Horas montados sobre un sillín y antropología masculina desde una perspectiva femenina.

Por cierto, el título del filme también quiere rendir tributo a otro clásico de Francis Ford Coppola sobre las bandas pandilleras. La ley de la calle (1983) retrataba a un joven (Matt Dillon) que soñaba con volver a los tiempos de las pandillas juveniles para emular a su hermano mayor (Mickey Rourke), que en su día arrastró una reputación de rebelde como ‘el chico de la moto’. Otro clásico sobre ruedas.

‘Fly me to the moon’

Ambientada en el histórico alunizaje del Apolo 11, en 1969. Llamados para mejorar la imagen de la NASA, las chispas vuelan en todas las direcciones cuando la prodigio del marketing, Kelly Jones, causa estragos en la difícil tarea del director del lanzamiento.

Renny Harlin vuelve a la dirección con esta nueva entrega de la saga Los extraños. Tras sufrir una avería en su coche en un pequeño e inquietante pueblecito de Oregón, una joven pareja se ve obligada a pasar la noche en una aislada cabaña en medio del bosque.