Nos cuesta tanto olvidaros
Viaje a la nostalgia. ‘Cruz de Navajas. Mecano Musical Experience’ divirtió al tiempo que sumió la noche del sábado a un público, en su inmensa mayoría cuarentón y cincuentón, en la añoranza de las melodías de un grupo mítico
Una de las muchas canciones emblemáticas de Mecano reza «Ay, qué pesado, qué pesado, siempre pensando en el pasado». La letra alude a un amor roto, pero se puede aplicar a la vida en general. Mirar siempre atrás no solo no es conveniente sino que es aburrido. Casi siempre. Porque a veces, solo a veces, sumergirse en la añoranza resulta muy divertido. Eso es justo lo que pasó la noche del sábado en la Tarraco Arena. El musical ‘Cruz de Navajas. Mecano musical experience’ condujo al público a un viaje a la nostalgia.
Nostalgia, por ejemplo, de unos años, los 80, en los que las letras de las canciones podían ser políticamente incorrectas sin que la Santa Inquisición de las redes acosase a los/las cantantes. Unas redes que no entienden que todo hay que ponerlo en su contexto y que no se pueden juzgar tiempos pasados con la mentalidad de hoy en día.
Nostalgia de unas letras que podían ser buenas, regulares, malas o infumables, pero que al menos se entendían y no eran estrofas ininteligibles de algunas estrellas de hoy en día.
Nostalgia de cuando la música era música y no algún acorde suelto en medio de un machacón autotune. Y nostalgia de cuando el insoportable reggaeton no estaba tan de moda. ¿Acaso las letras reggaetoneras hipermachistas son admisibles y ciertas letras de los 80 no?
Lo dicho. ‘Cruz de Navaja’ llevó a la nostalgia a un público de mediana edad, pero también hizo que se divirtiese. Hubo conexión con el trío de cantantes desde el primer momento. El vocalista se equivocó una vez al citar Badalona en vez de Tarragona, un error perfectamente perdonable cuando uno está de gira. Una pequeña equivocación que se hizo perdonar al repetir luego hasta media docena de veces «Tarragona».
El concierto no fue una imitación de Mecano sino una reinterpretación. Las dos vocalistas y el cantante rescataron a Ana Torroja a su propio estilo. Un mix con la romántica Quédate en Madrid entre otras abrió el concierto patrocinado por Turismo de Tenerife y que coincide con los 20 años de Kiss FM.
Pudieron escucharse Hoy no me puedo levantar, Héroes de la Antártida, Los amantes, Quiero estar junto a ti, El fallo positivo, Aire, La fuerza del destino, 7 de septiembre o No hay marcha en Nueva York.
Las melodías iban acompañadas de imágenes en una pantalla gigante y escoltadas por un excelente cuerpo de baile. Pero para baile el que se marcaba el público recordando cuando salían de copas tras un concierto. Hoy en día, al menos la mayoría, tras el conciertazo una cenita tranquila y a dormir, que la edad ya no perdona a casi nadie.
Uno de los momentos más emotivos del concierto tuvo lugar, sin embargo, con una canción que no era de Mecano. Tras un discurso pacifista, el cantante entonó el Imagine de John Lennon. La plaza se iluminó con las linternas de los móviles. Piel de gallina.
Una rosa es una rosa (interpretada por la cantaora Noelia la Negri), Eungenio Salvador Dalí, Me cuesta tanto olvidarte, Cruz de Navajas, Mujer contra mujer, Maquillaje... completaron el homenaje al Mecano más tecno y al más maduro. Un tributo que lo fue también a la nostalgia. De los buenos tiempos.