Lorca y Dalí se reconciliaron en Tarragona
Los dos genios visitaron la ciudad en torno a las fiestas de Santa Tecla de 1935
El poeta y dramaturgo Federico García Lorca visitó Tarragona por las fiestas de Santa Tecla en 1935, solo unos meses antes del estallido de la Guerra Civil y de su fusilamiento. Este dato, que no es nuevo, es impreciso, en el sentido de que es difícil concretar en cuántas ocasiones lo hizo y cuántos días permaneció en la ciudad. Esta es una de las incógnitas que plantea el libro Lorca en Tarragona, de Publicacions URV, con edición a cargo de María Isabel Calle Romero. El volumen es también el preludio de la celebración del Año Lorquiano tarraconense, en 2025, que se está preparando con motivo de los 90 años de esa visita a la ciudad.
Fue justamente este rotativo el que reveló los pasos de Lorca. El 15 de noviembre de 1935 se publicaba una entrevista que le hizo el director del ‘Diari de Tarragona’, Lluís de Salvador. En ella Lorca relataba sus «largos vagabundeos por el Passeig Arqueològic, la fascinación que los Balls de Bastons le ocasionaban, la fastuosidad de las pompas de la procesión del brazo de Santa Tecla, la placentera sorpresa provocada por el descubrimiento de los grallers en el Café La Unió tras contemplar los castells, su recorrido por la necrópolis romana o incluso una excursión a la cantera del Mèdol».
Sin embargo, «Federico García Lorca no estuvo solo», comenta María Isabel Calle, doctora en Literatura en el Departamento de Filologías Románicas de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y profesora, tanto en la URV, como en Secundaria, en el Lestonnac-l’Ensenyança.
Muchos años después, «en 1986, el pintor Salvador Dalí desvelaba en otra entrevista que la última vez que vio a Lorca fue en Barcelona, tras reconciliarse en Tarragona. Muy probablemente también estuviera Gala y el poeta millonario Edward James. De hecho, Dalí reconoció que si se hubiera ido con ellos a Amalfi ahora estaría vivo. La cuestión es en qué momento se vieron. ¿Fue durante Santa Tecla? ¿Fue después, cuando se estrenó la adaptación de la obra de Lope de Vega, La dama boba?», se pregunta María Isabel Calle.
La doctora y profesora explica que el motivo del distanciamiento entre ambos genios fue literario. «Se dice que el causante de la ruptura fue Buñuel, pero no fue solo Buñuel. Esto también se comenta en el libro porque hay muchas cartas en las que Dalí le dice que el Romancero gitano está muy bien, pero que debe pensar que están en pleno Vanguardismo, que están ya con el Surrealismo. Dalí le sugiere que cambie el talante poético, algo que Lorca no se toma muy bien. Básicamente le viene a decir que hay que evolucionar, cosa que Lorca hace con Poeta en Nueva York. Entre un libro y otro el cambio es sustancial. Parece ser que aquellas palabras no eran solo de Dalí, sino también de Buñuel. Pero finalmente, la amistad se reencuentra y se reencuentra aquí, en Tarragona».
¿Cómo era la Tarragona del 35? «Era una Tarragona preocupada por la cultura, por la literatura. Hice investigaciones en torno a la recepción de Lorca y ya antes de su visita era una persona muy querida en la ciudad», resalta Calle, que añade que cuando llegó la noticia de su fusilamiento hubo muchísimos homenajes, durante los años de contienda. Se volvió a estrenar Bodas de sangre en un par o tres de ocasiones y un recital, en el 38. «Las noticias de su fusilamiento iban llegando con cuentagotas. No era como ahora. Los canales de información en aquellos momentos, en plena guerra, eran bastante deficientes. Cada día aparecía en el Diari algún breve, hasta que se confirmó».
Además de María Isabel Calle han participado en Lorca en Tarragona Jordi Piqué Padró, Josep Sánchez Cervelló, Antonina Rodrigo García, Pepa Merlo, Enrique Villagrasa González, Gabriel Pozo Felguera, Josep Maria Rosselló Castellà y Óscar Martín.
El volumen, asimismo, contiene una ruta por los lugares de la ciudad a los que Lorca acudió e invita a los lectores a seguir sus pasos.