Trilogía ‘Lightfall’, de Tim Probert: En busca de la luz de la verdad
La obra fue ganadora del Premio al Mejor Cómic Infantil en el Festival de Angoulême en 2022
Beatrice vive con su abuelo, el cerdo mago Alfirid al lado del Gran Bosque del Norte, en Irpa, desde que perdió a sus padres hace mucho. Un día sale a buscar plantas para hacer un remedio y conoce a Cadwallader, un galduriano muy simpático y desinteresado, cuando este la ayuda a no caerse de un árbol tras un accidente. Al regresar a casa, Alfirid se ha marchado para hacerse cargo del Sello del Durmiente Inquieto y Bea decide salir en su busca, aunque ni siquiera sabe adónde. Su abuelo es muy despistado y teme que le pase algo. Sin embargo, no lo hará sola, pues Cad, como Bea llama a su nuevo amigo, la acompañará en esta peligrosa aventura que la hará enfrentarse a sus peores miedos.
Tim Probert crea un universo de fantasía increíble en la, por ahora, trilogía Lightfall para hablar de algunos temas trascendentales que reconocemos enseguida, gracias a la claridad con la que los trata. Imaginamos un mundo sin sol, porque un pájaro llamado Kest Ke Belenus ha decidido hacerlo desaparecer; imaginamos un mundo singularmente iluminado por unas pocas Luces que algunos crearon para combatir la oscuridad. ¿Qué sucedería si esas luces se apagaran también?
Título: Trilogía Lightfall: La última llama; La sombra del pájaro; Los tiempos oscuros.
Galardón: La obra fue ganadora del Premio al Mejor Cómic Infantil en el Festival de Angoulême en 2022
Autor: Tim Probert
Editorial: Harpercollins Iberica
Precio: 17.90 € cada libro
Edad recomendada: A partir de 9 años
En estos tres cómics se combinan unas ilustraciones maravillosas llenas de acción con un guion muy bien hilado que entreteje las tramas de los distintos personajes con la historia central que es, ni más ni menos, lograr que la luz prevalezca sobre la oscuridad. Y es que cada personaje se enfrenta a su propio conflicto, como la propia Bea, que debe aprender a superar ese miedo que la paraliza en las situaciones complejas, y la hace huir de toda aventura al principio. Provost refleja esa sensación a través de lo que Bea explica, sí, pero también visualmente, cuando se la ve envuelta en una especie de materia tenebrosa que crece por momentos si ella la deja, hasta envolverla y engullirla. Poco a poco, veremos cómo Bea, con la inestimable ayuda de Cad (este le explica: «¡Si dejo que me paralice la posibilidad de una muerte segura, nunca iré a ninguna parte!»), empezará a enfrentarse a esa sensación, a rechazarla y a hacerse cada vez más fuerte, hasta convertirse en una auténtica perseguidora de aventuras, capaz de poner por encima del miedo lo importante, como salvar a su amigo Cad o a una ciudad entera. Ella es la única que consigue conectar con el pájaro Kest Ke Belenus, con el auténtico motivo que le llevó a destruir el sol en el pasado, y ahora también las Luces que quedan. Porque el descubrimiento de la verdad, de la luz, es otro tema que Provost enfatiza en sus cómics. Y, a veces, hay que entrar de lleno en la oscuridad para llegar a ella.
Lo que aparentemente empieza siendo una sencilla aventura, se convierte en toda una gesta que llevará a Bea y Cad a encontrarse con un montón de personajes imprescindibles para avanzar en su trayectoria. Con cada final de libro, se abre un nuevo reto que ninguno duda en continuar, tampoco el lector, que necesita empezar urgentemente el siguiente. ¡Esperemos que el cuarto volumen no tarde mucho en llegar! Esta trilogía es ideal para peques a partir de 9 años, no tanto por la complejidad de la lectura, sino por las sensaciones que se deben asimilar a través de sus páginas, como la posibilidad de perder a la familia o de que el mundo se acabe.