‘Owen’, de Kevin Henkes: Te acompañaré siempre
Es un cuento sobre el apego que siente un niño hacia ese primer peluche o ‘doudou’
Owen tiene una mantita de color amarillo que le acompaña a todas partes desde que era un bebé. Con ella duerme, juega, come, se baña, va al dentista, a la peluquería... Sin embargo, pronto tiene que empezar el colegio y allí no puede llevársela. ¡Menuda situación! Su vecina, la señora Tweezers, ofrece a sus padres algunas ideas un tanto radicales para que Owen se despida de su mantita: que se la lleve el hada de las mantas, mojarla en vinagre, decirle que no puede llevarla directamente... Pero nada de eso les funciona, ellos no quieren hacer sufrir a su hijo o convertir ese primer día de colegio en algo traumático, y deberán ser un poco más creativos para que no sea un desastre, sino todo lo contrario.
Publicado originalmente en 1993, EntreDos reedita este tierno cuento sobre el apego que los más pequeños sienten por su primer peluche o doudou, y lo que supone para ellos separarse de él.
Mediante un texto sencillo, Kevin Henkes habla sobre un tema delicado, como es el vínculo que une a un niño con ese elemento que le acompaña en los momentos más difíciles desde que llega a este mundo. En su caso es Mantita, porque claro que tiene nombre, ¿cómo no iba a tenerlo si es su amiga más fiel? Cuando era un bebé, Mantita le ayudaba a dormir, y también le calmaba cuando estaba triste o enfadado, pero a medida que ha ido creciendo a su lado, el uso de este elemento se ha ampliado y adaptado a nuevas etapas, ofreciéndole esa seguridad que a veces necesita. Y, de repente, tiene que deshacerse de él, o eso dice la vecina Tweezers. ¿Por qué? Owen no entiende nada, y no lo acepta, por supuesto. Hay una página en concreto que representa muy bien la distancia que existe entre cómo los mayores ven a Mantita y cómo la ve Owen: «–Mantita está sucia –dijo la madre de Owen. –Mantita está rota y deshilachada –añadió su padre. –No –afirmó Owen-. Mantita es perfecta. Y lo era». Por eso, los padres de Owen acaban encontrando una solución que ayuda a Owen a seguir creciendo sin tener que despedirse del todo de esa mantita amarilla, porque no, Owen no debe envolverse en ella y hacerse el invisible, ignorando el mundo que se abre ante él, con otros ratoncitos y nuevas aventuras por vivir, pero quizá puede acompañarle en un bolsillo, para que la sienta cerca cuando él la necesite, para sonarse, para jugar o, simplemente, para estar.
Título: Owen
Autor: Kevin Henkes
Editorial: EntreDos
Precio: 16 euros
Edad recomendada: A partir de 4 o 5 años
Las ilustraciones que acompañan al texto son absolutamente maravillosas. Desde un plano clásico que mezcla lo agreste y lo doméstico, dentro de ese mundo habitado únicamente por ratoncitos, se componen de multitud de detalles. En todas las páginas se ofrecen cuadros llenos de color y expresividad sobre lo que Owen está viviendo. Incluso se adelantan a la información que aporta el texto, como sucede con la presentación de la señora Tweezers. Aunque no aparece en el texto hasta más adelante, sí lo hace en la primera ilustración de todas, medio oculta detrás de esa valla que la separa siempre, mirando a Owen de reojo. Ella es la que introduce la duda, el malestar en esa bonita familia, diciéndoles «¿No es un poquito mayor para ir con eso a todas partes?». No, esa no es la actitud, y los padres de Owen le demuestran que con un buen acompañamiento pueden ayudar a Owen a que la nueva etapa que está viviendo sea fabulosa. Este cuento es ideal para leérselo a los peques de cuatro o cinco años en esta época que deben enfrentarse a las primeras semanas de colegio.
Ana Punset es escritora