Laia Aguilar: «No todo en la vida se tiene que perdonar»
La guionista y novelista presenta este jueves en la Llibreria Adserà de Tarragona ‘Tots aquells mars’, una novela que aborda las relaciones familiares y el perdón
Laia Aguilar (Barcelona, 1976), es escritora, guionista y profesora. Su mano está detrás de series tan conocidas como Ventdelplà, Merlí o El cor de la ciutat. En literatura, es autora de Pluja d’estels, Les altres mares y su última novela es Tots aquells mars (Columna), que esta tarde presenta en la Llibreria Adserà de Tarragona (19 horas). Una historia reparadora a pesar de las dificultades y con una pizca de realismo mágico.
Las protagonistas son mujeres con unas relaciones endemoniadas.
Es la historia de tres mujeres, una abuela, una madre y una hija que arrastran unos hechos dramáticos del pasado y veinte años más tarde deben poner las cosas sobre la mesa y romper el silencio. Ese silencio se ha mantenido generación tras generación y, de una manera inconsciente, arraiga. Me parecía interesante todo lo que llega a silenciar una familia.
¿Está a favor o en contra de abordar los problemas familiares?
Estoy a favor de hablar, aunque a veces cueste mucho. En algunas familias existe la idea de que si no se habla de un problema, no existe o no tiene suficiente importancia. Pero yo creo que es justo al revés. Precisamente, cuando no se habla es cuando se hacen mucho más grandes y acaban afectando a toda la relación.
Uno de los personajes deja de hablar a su madre. Es durísimo.
Greta está resentida. Siente que su madre no la ha escogido a ella, sino a su hermana. Por otro lado, esta madre también toma unas decisiones muy sorprendentes con respecto a ella. La de Helena es una maternidad no convencional. Es cierto que hay una reacción muy dura por parte de Greta, pero también es un poco de protección hacia su madre, hacia una madre que le ha hecho daño.
Otras maternidades. Hace pocos años de esto no se hablaba. Era tabú.
No me interesa hablar de una maternidad idealizada. Helena es políticamente incorrecta, como es el hecho de abandonar a una hija y priorizarse ella. Y esto no deja de sorprender aún hoy en día. En un hombre quizás no, pero en una madre es inconcebible. Lo que me gusta, cuando escribo los personajes, es entenderlos e intento no juzgarlos, sino ver sus razones y creo que esta madre regala razones para hacer lo que hace.
Y los celos entre hermanas...
Partí de esta relación y los celos que hay entre ellas. Es una historia muy común entre hermanos. El que se siente menos querido, menos escogido por sus padres... Y, al mismo tiempo, hay un gran amor entre estas hermanas y una gran admiración. Es una mezcla de sentimientos.
¿Cree en el perdón, que trata en la novela?
Muchas veces el perdón alivia, perdonar lo que ha sucedido y salir adelante... Pero también pienso que no todo en la vida se tiene que perdonar. Perdonas si quieres y si lo sientes de corazón y tienes todo el derecho a no hacerlo. En todo caso, el perdón que planteo no es nada cristiano. Tiene una relación con la vertiente personal, con superar una etapa para poder avanzar. Entonces, sí que se juega al perdón en esta novela.
¿No nos podemos escapar de lo que vivimos cuando somos niños? ¿Estamos condicionados el resto de la vida?
No sé, pero creo que la infancia es la etapa clave en la vida de las personas o, al menos, así fue en mi caso. No tenemos por qué arrastrarlo todo, pero sí que hay hechos que marcan profundamente la infancia y que nos conforman como adultos. Es un tema que he tratado en diferentes libros y en esta ocasión quería combinar los dos tiempos, el presente de las mujeres ya adultas y el pasado, donde se viera esta infancia y estas relaciones.
¿Ya no escribe guiones de series, ahora que todo el mundo las ve?
En los últimos años me he volcado mucho más en el mundo de la literatura, pero aun así he participado en algunos proyectos. Por ejemplo, Wolfgang, que obtuvo el premi Carlemany, la escribí en 2016 y ahora se ha rodado una película y he participado en el guion del largometraje. También estoy trabajando en la serie de adolescentes Jo mai mai. Sigo haciendo cosas, pero el grueso de mi trabajo ahora es la literatura.