‘Isla perdida’, la tercera película de la reusense Aida Folch

El filme es obra del prestigioso cineasta Fernando Trueba, que acude de nuevo al talento de la actriz y de Matt Dillon

No resulta sencillo construir una carrera contrastada en el mundo del cine y andar alejada de la farándula. Aida Folch (Reus, 37 años) no ha necesitado ninguna pareja famosa ni del postureo en las redes sociales para imponer su talento. Acumula dos décadas como actriz y disfruta de cierto anonimato. Ahora, su nombre regresa al foco para presentar Isla perdida, el último thriller de Fernando Trueba, una especie de padre artístico para la reusense. Se trata de la tercera película para Folch, las tres bajo la dirección del prestigioso cineasta.

«El reencuentro ha sido maravilloso, tengo una gran confianza en Fernando desde que le conocí. Para mí es como un padre cinematográfico», confiesa la artista, que estos días se encuentra de promoción.

Trueba expone esta vez una historia de amor con mucho suspense, un homenaje al cine clásico y que protagonizan, además de Aida Folch, el norteamericano Matt Dillon (La ley de la calle, Rebeldes, Crash) y el colombiano Juan Pablo Urrego (El olvido que seremos).

En sus apariciones públicas, el cineasta ha definido Isla perdida como «un suspense romántico. Como esas películas de Alfred Hitchcock, como Rebeca, Sospecha o Vértigo, en las que un hombre se sentía atraído por una mujer, o viceversa, y por un misterio que envuelve a uno de los protagonistas y que el otro intenta desentrañar».

La película nos cuenta la historia de Álex (Aida Folch), una española que se va a Grecia a trabajar en un restaurante de una pequeña isla perdida. Allí conocerá a Max (Matt Dillon), el misterioso norteamericano que regenta el establecimiento (Matt Dillon). Pero pronto descubrirá que Max oculta un oscuro y misterioso pasado del que no quiere hablar. Así que con la ayuda del hombre de confianza de Max, Chico (Juan Pablo Urrego), intentará descubrir quién es, realmente, el hombre del que se ha enamorado.

«He conectado muy rápido con mi personaje, porque he podido abordar hasta tres géneros distintos. La película empieza como comedia romántica y acaba como un thriller y me ha gustado tocar esos registros, siempre había querido participar en una pieza de estas características», confiesa Aida Folch, a las puertas del estreno en los cines. «Creo que en esta época de verano es un filme muy apetecible, muy de ir al cine con palomitas. Es fresco y sensual», añade.

Las tres estaciones

La iluminación de la película es muy importante porque comienza con el protagonismo de la luz del verano del Mediterráneo y acaba con una luz invernal que acentúa el suspense. El cambio de clima también marca el cambio del clima dramático. Esas tres estaciones, verano, otoño e invierno, también son los tres actos de la historia y, además, son como tres movimientos musicales.

Aida Folch no ha oculta la satisfacción que ha encontrado después de trabajar con Matt Dillon, un actor reputado y con gran trayecto. «Ha sido casi como un sueño, porque he crecido viendo sus películas y me encantan. Cuando era adolescente me gustaba muchísimo Algo pasa con Mary».

44 años después de aquel debut premonitorio titulado Ópera prima, Fernando Trueba (Madrid, 1955) continúa demostrando, más allá del mítico Oscar por Belle époque, que se conserva como uno de los cineastas más versátiles de la cinematografía nacional.

En su carrera confluyen con absoluta naturalidad la comedia constumbrista, el drama político, el documental de acordes habaneros y hasta la animación festiva y descarnada. Sin embargo, en esta obra tan ecléctica faltaba todavía una película con la que homenajear a sus dos grandes referentes del suspense, Patricia Highsmith y Alfred Hitchcock.

Con Isla perdida ha logrado ese propósito, con Aida Folch, de nuevo, entre su nómina de protagonistas. El idilio que ha protagonizado con la reusense continúa.

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