«I am a Catalan [...] the greatest nation in the world»
Pau Casals es un personaje esencial para comprender el siglo XX. Uno de los músicos más influyentes, maestro de maestros, hombre de paz y defensor de una catalanidad a prueba de exilios y nostalgias
YoYoMa es el mejor chelista del mundo. Su primera interpretación pública tuvo lugar en el Kennedy Center a los 7 años gracias a la recomendación que Pau Casals hizo a Leonard Bernstein. YoYoMa cierra la gran mayoría de sus conciertos interpretando el Cant dels ocells en honor al maestro de El Vendrell. Ante Obama, Trump, ante todo Hollywood, ante todos los poderosos, YoYoMa interpreta el villancico catalán más universal para recordar la figura de Pau Casals. Lo hace por su indudable belleza y lo hace por el mensaje de paz. Pau Casals era un hombre de paz en un siglo convulso y mortífero. La militancia política de Pau Casals es esencial para comprender el alcance y profundidad de su figura más allá de la maestría musical. Pau Casals es el ejemplo de artista total, comprometido con una causa y coherente hasta el fin de sus días. Como adolescente, Pau se deprimió terriblemente: «¡Cuánta fealdad vi! ¡Cuánto mal! ¡Cuánto dolor! La injusticia y la violencia me removieron. No podía entender por qué había tanto mal en el mundo... Ya no podía perderme en mi música... La música debe servir a un propósito... Un músico también es un ser humano, y más importante que su música es su actitud hacia la vida... Lo que me sacó del abismo fue la esperanza en mí, que no podía ser destruida. Si hay en el hombre una capacidad infinita para el bien, también hay una capacidad infinita para el mal. Cada uno de nosotros tiene dentro de sí las posibilidades de ambos. Mi madre solía decir ‘Cada hombre tiene dentro de sí el bien y el mal. Debe hacer su elección. Debes escuchar el bien en ti y obedecerlo». Creó la Asociación de Conciertos para Trabajadores, que ofrecía conciertos sinfónicos, una revista de música, una biblioteca musical, una escuela de música, coros y su propia orquesta amateur.
Los esfuerzos de Casals para llevar la gran música a las masas lo convirtieron en un héroe nacional. Él llamó a este período «la fase más fructífera de mi vida». La orquesta dio 370 conciertos durante un período de 17 años e invitó a famosos directores, compositores y solistas a actuar con ella hasta que comenzó la Guerra Civil española en 1936. «Primero y ante todo soy catalán. Catalunya es la tierra de mi nacimiento y la amo como a una madre». Cuando uno de los ayudantes de Franco declaró que le gustaría cortar los brazos de Casals por los codos, quedó claro que tenía que abandonar el país y en 1939 se trasladó al otro lado de la frontera, a Prada de Conflent. Dejó de tocar en público y vivió allí en el exilio durante 17 años. Juró no volver a España hasta que se restaurara la democracia. En realidad regresó durante unos pocos días en 1955 para enterrar a su gran amor, Francisca Vidal, en la cripta familiar del cementerio de El Vendrell junto a su madre. Mi padre nos contó que fue el encargado de ir a buscarlo a la frontera y acompañarlo durante todo el trayecto. Mi padre (melómano wagneriano) le prestó el hombro para permitir al maestro (así lo llamaba él) apoyarse en esos momentos de dolor. No lo olvidó jamás. Había conocido un genio. La música de Pau Casals emocionó a todo un siglo, con su perfección y con su corazón. Luchó contra la barbarie con un villancico que habla de pajarillos. Que YoYoMa lleve el Cant dels ocells en su repertorio es simplemente sensacional. Casals supo darle al humilde rango de rey. Reivindicó a Catalunya ante el mundo entero, con un simple «I am a Catalan». Él sabía lo que encerraba esta sencilla frase.