Andrea Toribio reseña ‘Tengo algunas preguntas para usted’, de Rebecca Makkai
Tras ‘Los optimistas’, vuelve Rebecca Makkai con ‘Tengo algunas preguntas para usted’: una novela tan adictiva como bien tramada de una escritora sensacional
Es matemático. Cuando sucede una tragedia, nadie desea quedarse al margen, y todos proyectamosnuestra participación en la desgracia. Ya sea a través de nuestra cercanía al hecho en sí o desde nuestrocódigo ético, nos posicionamos. O no solo adoptamos un lugar en la hecatombe, sino que, además, necesitamos concretar nuestro lugar en ella.
Así lo cuenta Rebecca Makkai (Illinois, 1978) en ‘Tengo algunas preguntas para usted’. En esta ocasión, la escritora norteamericana construye una herramienta capaz de desactivar la nostalgia y la esconde en una falsa novela de campus. Todo ello, maridado con un buen crimen: el asesinato sin resolver de Thalia Keith, una compañera del internado en el que Bodie, que es quien cuenta la historia, estudió.
Casi veintitrés años después, Bodie Kane, ahora ‘podcaster’ de éxito, regresa a Granby, el centro donde cursó sus últimos años académicos, para impartir dos seminarios: uno sobre ‘podcasting’ y otro acerca de cinematografía, algo introductorio.
Dos disciplinas que le sirven a la autora para reforzar su propósito literario. Por un lado, una de las alumnas de la primera materia, decide volver al homicidio de Keith y relatarlo nuevamente; esta vez, en formato ‘podcast’. Por el otro, las notas breves que Makkaidesliza en torno a las clases de Kane sobre historia del cine, las utiliza a modo de recordatorio en torno a la carga personal que puede soportar una historia ajena.
No obstante, lo llamativo de este libro, lo protagónico, no es su estilo. Tampoco la complejidad de su argumento y la enormidad de puntualizaciones que se efectúan en tres tiempos: aclaraciones en relación al pasado, prolijidad en las determinaciones del presente, así como un sinfín de incertidumbres en torno al futuro.
La estrella del ‘thriller’ es su interlocutor, el misterioso señor Bloch, un profesor que impartía clase en aquel fatídico 1995. Es a él a quien Bodie se dirige al tiempo que reconstruye la historia, le obliga a revivirla con ella.