Ivan Pintor reseña ‘Cuentos oscuros’ de Shirley Jackson
“Échele un vistazo a lo que antes eran sus rosas”, es la última frase de “La posibilidad de hacer el mal”, uno de los cuentos de Shirley Jackson reunidos en este volumen coeditado por Libros del zorro rojo y Editorial Minúscula e ilustrados con cautivador desasosiego por Carmen Segovia. La posibilidad de hacer el mal podría ser también el lema que definiese la ontología sobre la que descansa todo el universo de Jackson, en el que su prosa precisa, limpia, casi desapegada en ocasiones sostiene un universo terrorífico y perturbador, desde el mítico relato corto “La lotería” (1948), hasta su novela La maldición de Hill House (1959), cuya larga retahíla de adaptaciones y homenajes ha hecho de Jackson la ascendente de autores tan diferentes como Joanne Harris, Stephen King, Nigel Kneale, Neil Gaiman, Richard Matheson o Mariana Enríquez.
Las fascinantes ilustraciones de Segovia, atravesadas por la idea de la soledad y el desdoblamiento, por el influjo parejo de Hopper y Lynch, puntean este volumen cuyos cuentos —Louisa, por favor vuelve a casa, El bello desconocido, A casa o Los del verano— construyen, como sus novelas, desde The Road Through the Wall (1948), un camino desde las formas góticas hasta el terror íntimo y claustrofóbico de Siempre hemos vivido en el castillo (1962). La espléndida traducción de Maia Figueroa Evans subraya ese contraste entre la limpidez preclara del paisaje estadounidense y la permanente posibilidad del mal.