Andrea Toribio reseña a A. M. Homes
Regresa A. M. Homes a España con dos novelas tan intensas como viscerales sobre cómo no sobrevivir al mundo de hoy
Si algo tienen en común Pez Gordo y Jody Goodman es a su creadora, la novelista estadounidense A. M. Homes (Washington, 1961); sobre todo, su gusto por tensar la cuerda, la ambición por narrar el miedo a perder el entramado ciudadano. Ambos personajes son los protagonistas de “La revelación” y “En un país de madres”, respectivamente. Aunque habrá quien discuta que la auténtica estrella de la segunda novela es Claire Roth. O el propio país en ruinas, EE. UU. En fin, algo más de leña al fuego de la novelística norteamericana contemporánea. Aunque es la propia escritora quien zanja ese debate, casi al final de “La revelación”, cuando afirma en boca de Charlotte, la mujer de Pez Gordo: “Lo que necesito es una nueva vida —dice ella—. Una vida que yo me hubiera construido.”
Pese a haberse publicado casi de forma simultánea, los libros de A. M. Homes no comparten traductor en español. El primero se publicó originalmente en 2022 y lo traduce Mauricio Bach; el segundo, de 1993, corre a cargo de Jordi Gubern. Este esfuerzo editorial por parte de Anagrama este 2024 no se puede no celebrar, es imposible: no importa por cuál empieces. Lo que tiene peso es que los dos títulos abordan dos malestares que en la narrativa de la autora adquieren un sentido capital: la política y la intimidad, y que sin embargo se dan cita en un lugar espantoso: el dinero, su manejo.
En “La revelación” los lectores nos trasladamos a 2008, año sobre el que Homes efectúa un retrato magistral en torno al triunfo de Obama y sobre cómo los republicanos, aterrados, buscaron en el dinero una solución total. Pez Gordo y su mujer Charlotte afrontan en esa deriva enloque cida y paranoide sus desajustes y desperfectos familiares, reflejados en su hija Meghan, que asiste a la caída de un mundo que se le prometía inmenso y moralmente higienizado. “En este caso se pide de postre tarta de manzana, sin helado. No quiere ponerse sentimental, pero no puede evitar pensar en la emoción que siente por ser americano. No se puede imaginar a sí mismo con otra nacionalidad. Este es el país en el que se ha criado; es el país que lo ha forjado y que está decidido a mantener. Él es un hombre al que se le caen las lágrimas cuando oye sonar el himno nacional”.
En cambio, en “En un país de madres”, Homes se alza como una de las pioneras recientes a la hora de destripar el relato actual en torno a la terapia y a los límites de la intimidad. O, mejor dicho, se erige como una escritora que sitúa encima de la mesa la siguiente idea: el pacto social está roto, no hay límites personales. Lo laboral, no obstante, está intacto. En esta novela, Claire Roth confiesa haber abandonado a su hija hace casi veinticinco años y, de pronto, en su gabinete de psicología aparece una paciente nueva, Jody Goodman, que tiene la misma edad que tendría su hija en ese momento y que, con todo, resulta que es adoptada. “Igual que su madre natural no tuvo manera de hacerse cargo de un bebé, ni su madre adoptiva competencia para atender a una niña enferma, Jody no podía cuidar de sí misma. Todas ellas eran entre sí inservibles, inútiles las unas para las otras. Aquella era la verdad de su infancia, la verdad de su vida; la verdad nunca expresada, bajo el temor a la cual había vivido. Siempre supo que esto ocurriría: tenía perfecto sentido. Solo se preguntaba por qué habría tardado tanto”.
Si algo tienen en común Pez Gordo y Jody Goodman no es otra cosa que el miedo. ¿Pero no va de esto, acaso, la literatura de A. M. Homes? Pregunto.
La revelación
Autora: A. M. Homes
Editorial: Anagrama
En un país
de madres
Autora: A. M. Homes
Editorial: Anagrama