El tango une generaciones en Tarragona

La primera edición de la Expo Catalunya reúne a 500 bailarines y bailarinas en el Moll de Costa

Joe Corbata, uno de los maestros del certamen, llama a filas a todos los bailarines y bailarinas que a primera hora de la mañana se han personado en el Tinglado número 1 del Moll de Costa, espacio habilitado para la primera Expo Tango que se realiza en la ciudad y que reúne a más de 500 apasionados y apasionadas de este registro musical.

Corbata y Roxana Suárez, de nacionalidad argentina y con un prestigio internacional abrumador en el mundillo, se disponen a perfeccionar los movimientos de los curiosos, algunos de ellos habituales en este tipo de eventos.

Ester, por ejemplo, se ha desplazado a Tarragona junto a su pareja, los dos proceden de Zaragoza y recorren Europa a menudo gracias a los shows que les propone el tango. «Hemos conocido a muchos amigos gracias a estas ferias. Nos permiten aprender mucho y conocer mundo», reflexiona la bailarina.

El programa de la Expo incluye cuatro clases de tango argentino por las mañanas con las eminencias Joe Corbata y Roxana Suárez, y dos clases de folclore por las noches con Fernando Chuky Romero, milongas de tarde y noche para los participantes, visitas guiadas en la ciudad y degustaciones de productos locales. Las milongas se relacionan con los encuentros sociales donde los bailarines van a danzar. En ellas, durante la jornada de tarde, se representan la gran mayoría de las milongas de Catalunya.

La producción de la propuesta la han creado los aficionados del tango de Tarragona Arcadi Montserrat y Sunsi Huertas, de Tango 2.0.

Entre los participantes matutinos existe cierta complicidad y un rasgo común; la música no entiende de edades. El tango, en este caso, une distintas generaciones en Tarragona y se postula como único idioma comunicativo y corporal entre los y las artistas. En el Moll de Costa se dan cita personas de Canadá, Italia, Francia y de todos los rincones del estado, sólo con el único objetivo de gozar del tango, una pasión que les ha marcado con el paso de los años.

«Nosotros venimos de Segovia y estamos encantados. Este tipo de clases nos hacen felices, porque además de aprender, socializamos con gente con las mismas inquietudes», confiesa Eva, otra de las bailarinas que han viajado a Tarragona este fin de semana.

Al ser una Expo, el certamen también aglutina por primera vez 30 expositores que exhiben el mundo del tango argentino en sus distintas versiones, desde indumentaria a pintura, escultura, literatura o gastronomía. El acceso resulta gratuito para toda la ciudadanía en la zona Expo. Los stands permanecen abiertos de 14 a 22 horas.

«Piensa que Joe y Roxana están en el top mundial del tango, son conocidos por todos lados», reflexiona Sunsi Huertas, una de las alma mater del proyecto, mientras el bailarín ofrece consejos a sus alumnos y alumnas. «No estén tensos, respiren hondo y disfruten», les aclara durante la formación.

El corazón del evento es integrar la diversidad del tango en sus tantas aristas con la participación de la comunidad local, nacional e internacional. «Es el sueño de unir, de compartir, de conocerse, de contactarse, de abrazos, sonrisas, de futuros hermosos recuerdos y de mucha buena onda», reflejan los organizadores en los canales oficiales de la cita, que se inauguró el viernes.

Las tardes en el Moll de Costa se inundan de curiosos, algunos de ellos todavía alejados de la rutina tanguera, pero con el afán de introducirse en el mundo. Se trata de esas horas donde el espectáculo toma una forma más amable, se aleja del perfeccionamiento de las clases, y da paso al ingenio y a la improvisación. La Expo contagia mucho optimismo, da igual de dónde provenga.

El calzado y la milonga

Entre el puñado de anécdotas que deja cada jornada, existe cómo los bailarines y bailarinas cuidan el milímetro su calzado. Los zapatos de danza brillan como nunca, ni una gota de polvo, cualquier tipo de suciedad está prohibida. El mimo hacia esa herramienta indispensable de la actividad cuenta con cierta lógica. Resulta imprescindible hallar la máxima comodidad para poder expresar cualquier faceta artística, en este caso en tango.

En las milongas de la tarde se da esa interacción social tan necesaria en eventos de esta índole. Los y las participantes se nutren de sus conocimientos y los comparten, aparece un ambiente tremendamente sano y distendido, no hay espacio para el miedo y los juicios de valor. De ahí el atractivo de la Expo; aprender tango desde todas sus vertientes.

La música, una vez más, muestra su capacidad para derribar cualquier tipo de barrera y cualquier tipo de frontera. Expo Tango se convierte en una clara demostración de ello. Cómo personas de cualquier rincón del mundo se relacionan desde la creatividad.

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