El REC dio el final a ‘20.000 especies de abejas’

Elles Filmen. Un centenar de personas disfrutaron de la entrevista de Valérie Delpierre, productora del film de Urresola, este lunes en la Antiga Audiència de Tarragona

«Los pasos para atrás son muy fáciles de dar. En cambio, para adelante cuesta mucho». Esta es una de las muchas reflexiones que regaló este lunes Valérie Delpierre, productora de la película 20.000 especies de abejas, en una nueva sesión del ciclo Elles Filmen en la Antiga Audiència de Tarragona.

Delpierre mencionó esta frase al hablar sobre el papel de las mujeres en la industria del cine y también sobre la instauración del universo femenino en el lenguaje cinematográfico. «Hemos vivido una evolución brutal. Ahora temas como el sexo o la maternidad se cuentan a través de la perspectiva de una mujer», explicaba Delpierre, quien también destacaba la importancia de contar con mujeres en el equipo de rodaje. «Modifica la dinámica de trabajo, es mucho mejor rodearse con sensibilidades diversas». Más allá de esta personal radiografía de la figura de la mujer en el cine, delante y detrás de las pantallas, Delpierre contó a más del centenar de personas, mayoritariamente mujeres, que escuchaban atentas su relato, algunas curiosidades internas de la película y en las que Tarragona tiene un papel protagonista.

«La participación de 20.000 especies de abejas en el laboratorio profesional del Festival REC dirigido a películas en fase de postproducción de hace dos años fue clave para el final de la película. Hasta que no pasó por Tarragona, no encontrábamos el final». Otra de las historias especiales detrás de este film empezaba mucho antes de su rodaje. «Para elegir un proyecto tengo que sentir cómo me lleva a diferentes universos. En este caso, la película me eligió a mí, me enganchó el guion de Urresola. Lo leí y decidí al instante que quería producirla».

Delpierre, creadora de la productora Inicia Films, cuenta con una larga trayectoria y con muchas películas premiadas en su historial como Las niñas de Pilar Palomero o Los desheredados de Laura Ferrés. Según ella, su trabajo en todos estos films es «hacer que la película sea mejor estando yo que si no estuviera», una definición muy personal que no siempre es fácil pero que muchas veces tiene una recompensa impagable como ha sido 20.000 especies de abejas.