El mago de Reus que apareció en el Camp Nou ante 92.522 espectadores
Albert Picollà ha estado 15 días dedicado exclusivamente a su participación en la Kings League. Conoció en persona a Gerard Piqué y disfrutó como nunca del evento. El lunes vuelve a sus shows entre hoteles, Ayuntamientos y teatros
Albert Picollà es su disfraz para pasar desapercibido. Pero si se pone una americana y saca a relucir su sonrisa, se convierte en el Mag Albert. Y desde esta semana posiblemente ostente el récord mundial de actuar en un escenario con 92.522 espectadores y cientos de personas en el césped del Camp Nou.
La historia de este mago tarraconense y el show para entregar la pelota en la segunda semifinal de la Kings League duró efímeros minutos, que llevaban trabajándose durante dos semanas, que empezaron con una llamada inesperada.
Retrocediendo en el tiempo, el móvil de su padre, Josep Maria, sonó un día en plena reunión en su lugar de trabajo, en Vila-seca. Atendió el teléfono como manager de su hijo y tomó nota mental del mensaje.
Entre monosílabos, ese mismo día cuando se vieron, su padre intentó explicarle que alguien en representación de una tal Kings League le había llamado. Albert hizo repetir con la máxima precisión la conversación telefónica, aún sin creerse lo que estaba escuchando en boca de su padre. Estaba claro que su progenitor y manager no era consciente en aquel momento de la importancia de aquella llamada telefónica.
A partir de entonces con la certeza de que le pedían actuar en el torneo de Gerard Piqué, el día a día de su equipo, del núcleo duro del Mag Albert, empezó a acelerarse para cumplir la misión encomendada en el Camp Nou. Acordaron rápido un precio y se dedicaron a trabajar en el número de magia.
La posibilidad de actuar ante un público tan masivo sonaba a vértigo y a tembleque a partes iguales. Pero a la vez era un reto y una oportunidad única de afianzar y relanzar la carrera de este joven mago de Reus de 26 años de edad con raíces en Vila-seca.
«La propuesta de la Kings League era que apareciera el balón en el césped del estadio, pero en plena competición del Barça se optó por trasladar el espectáculo a un escenario en la zona de los banquillos», explica Albert Picollà recuperándose del ajetreo durante estos días antes previos al inicio de la temporada de verano, que se activa el lunes próximo.
Su equipo empezó a trabajar y se decidió contar con cuatro bailarinas de The Bliss, una empresa tarraconense con la que se apoya Picollà en algunas coreografías de sus espectáculos. Se buscó la música y el baile... incluso se propuso sacar un tema de Shakira... que luego se desestimó.
Sin embargo, nadie contó (a pocos días del evento) que los derechos de autor podían vetar la música del espectáculo del tarraconense y se buscó otra menos «guay» con la que se pudo hacer un apaño para poder lidiar con los derechos de autor y otras trabas legales.
De repente, Gerard Piqué
El Mag Albert pisó el Camp Nou el sábado. Era el día del ensayo y había que preparar el espectáculo. El número pensado inicialmente estuvo apunto de cambiarse por otro por problemas logísticos, pero terminó encajando en el escenario de leds montado para la ocasión.
En la primera aparición dentro de su caja de cristal inundada de humo, la sorpresa no fue la del público que estaba trabajando en los últimos arreglos en el estadio. Sino del propio Albert al escuchar la ovación en general y el aplauso en particular de Gerard Piqué, a escasos metros de él.
«Me felicitó me dio la mano», recuerda. No esperaba que el mismo exjugador del Barça estuviera observando cada uno de los números que aparecerían el domingo en el Camp Nou. Fue tan sorpresivo que no tuvo tiempo ni de pedirle una foto, admite el mago.
Al día siguiente, el equipo llegó al Camp Nou alrededor de las 13.30 horas y en el backstage, con todos los influencers, youtubers y gente famosa se codeó hasta que tocó su turno. Las cuatro bailarinas de The Bliss se encargaron del show y él de salir de forma mágica con el balón de la segunda semifinal. Fueron pocos minutos de espectáculos, pero jamás «habría soñado estar delante de más de 92.500 espectadores», admite.
El domingo terminó de madrugada. Con el coche y la furgoneta cargada emprendieron el viaje de vuelta a Vila-seca, donde tiene su almacén de ensayo y de guardar el material. Les sorprendió un grupo de adolescentes que le reconocieron y le impidieron el paso unos segundos. Fue la guinda a un domingo mágico.
Luego vendrían las reacciones en las redes, sus vídeos y fotos han tenido un impacto sideral y los comentarios agradan a este joven mago de 26 años que lleva este arte desde los 7 y es profesional desde hace 8.
La llamada de hace dos semanas la recibió su padre, aunque tuvo dos padrinos que recomendaron su nombre: el Mag Lari y el Mago Pop, palabras mayores en este mundo del espectáculo.