La lectura compartida, clave para mejorar la comprensión lectora
Los expertos coinciden en que el lector experto modela, motiva y guía al novato para que mejore su comprensión lector y fluidez lingüística.
El último informe PISA, un examen al alumnado de 4º de ESO de 80 países realizado en marzo de 2022, constaba que la comprensión lectora de los alumnos catalanes y españoles deja mucho que desear. En el caso de Catalunya la puntuación fue de 462, situándose a la cola del Estado junto a Ceuta, Melilla y Andalucía, 38 puntos menos que hace diez años. Estos resultados han evidenciado que hay que ponerse manos a la obra para intentar revertir la situación, pero la gran pregunta es ¿cómo? Es aquí donde algunos expertos exponen la técnica de la lectura compartida, como clave para intentar mejorar esta comprensión lectora.
Llorenç Andreu, catedrático de Psicología y Ciencias de la Educación y líder del Grup de Recerca en Cognició i Llenguatge (GRECIL) del NeuroDevelop eHealth Lab, adscrito al eHealth Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), destaca la importancia de retomar y potenciar la lectura compartida, una técnica que, a pesar de contar con el beneplácito de los académicos desde hace más de 30 años, «todavía no ocupa el lugar que se merece en muchos hogares».
Para Andreu, la lectura compartida es «la interacción que se crea entre un niño que está aprendiendo a leer y otra persona que ya lee correctamente, ya sea otro niño más mayor, un familiar o un maestro». De esta manera, el lector experto modela, motiva y guía al novato para que mejore su comprensión lectora y fluidez lingüística.
Existen muchas maneras de practicar la lectura compartida. «Tenemos la más espontánea, cuando el padre o la madre se sientan a leer con sus hijos antes de dormir; o la más estructurada, con un libro que incluya instrucciones de cómo tiene que leerse y preguntas para hacer al niño para que interactúe con el texto», comenta Andreu.
Y aunque la primera opción tiene muchos efectos positivos para el menor, con la segunda se consiguen efectos contundentes para el desarrollo de la lectura. «Es una lectura más pautada y consciente, tanto para el niño como para la persona que lo guía. Se crea un vínculo, es un momento en el que los adultos hablan con los niños y comparten una historia, y eso anima a los más pequeños a comprender y responder. Y es así como interaccionan con el lenguaje», añade Howard Goldstein, vicedecano y profesor de Ciencias de la Comunicación y Trastornos de la Comunicación de la Universidad del Sur de Florida (EEUU), que participó el pasado mes de noviembre en una ponencia de la Universitat Oberta de Catalunya.
La lectura compartida también se trabaja en muchos centros educativos de nuestra provincia. Es el caso de la Escola Martí Poch, de L’Espluga de Francolí, donde «la lectura es uno de nuestros pilares. Está siempre presente y consideramos que es la base de todo lo que hacemos», comenta al Diari Noemí Puentes, tutora y jefa de estudios de 4º de Primaria, quien añade que «la lectura la trabajamos desde el gusto por ella, para conseguir un aprendizaje con sentido. De hecho, el propio currículum dice que todo aprendizaje que se hace en la escuela tiene que ser con sentido, que tenga un sentido para los alumnos. Los niños y niñas aprenden mejor a través de aquello que les emociona».
En este centro llevan a cabo diferentes actividades en las que la lectura compartida es protagonista. Cada día, los alumnos tienen 30 minutos dedicados a la lectura y en este espacio hacen el apadrinamiento lector. «Todos los alumnos de la escuela son o padrinos o ahijados. Es lo que sería la lectura en pareja. De tercero a sexto son padrinos y de Infantil-3 hasta segundo, ahijados. Una vez a la semana se juntan y el padrino lee un libro al ahijado. Es un rato de lectura compartida y después hay una pequeña conversación sobre el libro. Es una actividad que aporta unos beneficios a nivel lector, pero también a nivel personal, ya que ves como a la hora del patio padrinos y ahijados se buscan», comenta Noemí Puentes.
Otras actividades de lectura compartida que se realizan en este colegio son el Programa Lecxit o las ‘Maletas Viajeras’. Respecto al primero, la Escola Martí Poch se ha adherido este curso a este programa de la Fundació Bofill. «Es una actividad de lectura en pareja, entre personas voluntarias y alumnos de la escuela, pero en horario extraescolar. Se hace todos los lunes en la biblioteca de L’Espluga de Francolí. Hemos elegido a unos cuantos alumnos de 4º a 6º, que van a la biblioteca y allí se encuentran que unos voluntarios, algunos son del pueblo y otros son estudiantes de 3º de ESO del Institut Joan Amigó de L’Espluga, que han elegido esta actividad dentro asignatura del Servei Comunitari. Es parecido al apadrinamiento lector. Los alumnos eligen lo que les gustaría leer y los voluntarios les hacen este acompañamiento lector, que les hace mucha falta», explica esta profesora de 4º. Respecto a las ‘Maletas Viajeras’, los alumnos desde Infantil-3 a 4º de Primaria se llevan maletas a casas con libros y se recomienda a las familias que hagan lecturas en pareja. Puentes insiste que «los maestros de nuestra escuela amamos mucho la lectura y se lo transmitimos a los niños y niñas. Todo esto ayuda a que, cuanto más lean, más comprensión lectora tendrán y mejor preparados estarán para todos. Porque la lectura es necesaria para todo lo que hacemos».
Story Friends, un ejemplo
Los primeros estudios sobre lectura compartida nacen en la década de los 80, principalmente en países de habla anglosajona. En los Estados Unidos, esta corriente fue cogiendo fuerza en la década de los 90 y hoy en día son muchos los investigadores que tienen como línea de estudio la lectura compartida. Uno de ellos es Goldstein, que en 2016 publicó Story Friends, un programa de intervención lingüística que está formado por 26 libros.
Su objetivo es la ampliación del vocabulario del niño, que en las páginas de los libros descubre palabras a través de ilustraciones, textos rimados, sonidos y diversos componentes intereactivos.