De ruta por Tarragona: Picos de los gigantes

El caminante sobre el mar de nubes. La estética de lo sublime se caracteriza por una belleza tan imponente que transporta al espectador a un estado de éxtasis

La categoría estética de lo sublime, en la que se enmarca El caminante sobre el mar de nubes, se caracteriza por una belleza tan imponente que transporta al espectador a un estado de éxtasis más allá de la razón, dejando una huella imborrable en su memoria. Estas obras, cuya magnitud provoca una mezcla de placer y dolor, nos sobrecogen del mismo modo que consiguen hacerlo las grandes montañas, cobrando sentido lo que escribía el pirineísta Henry Rusell en Recuerdos de un montañero: «cara a cara con la naturaleza en los brillantes desiertos de la montaña, nuestra alma resplandece con la aurora». El único requisito necesario para salir al encuentro de la naturaleza sublime es tener un alma noble, como apuntaba Immanuel Kant. La ruta de esta semana, aunque exigente, presenta una sierra de gigantes de roca calcárea capaz de emocionar al menos sensible.

Instrucciones de la ruta

El recorrido empieza en el aparcamiento del Carrer de la Font del término municipal de Colldejou. Desde él, deshacemos a pie la T-322 hasta que podamos tomar el Pequeño Recorrido (PR-C) 96, de señales blancas y amarillas; el camino de Colldejou a Pratdip. Lo abandonaremos después de la Font del Bullidor, o bien para atacar frontalmente Cavall Bernat (840m) o bien para hacerlo por su cara sur a través de la Roca dels Esperits (738m). Desde el Portell de la Roca Mitjanera, recorremos la sierra alcanzando la cima de la Punta dels Frares (894m) y La Miranda (919m) para luego emprender la marcha hasta el pueblo de Llaberia por el Collet dels Colivassos. Ya en el municipio medieval, continuamos por el Gran Recorrido (GR) 7 y PR-C 88 que nos llevará de vuelta a Colldejou no sin antes superar el Portell de Llaberia y el Coll del Guix. En el caso de que las fuerzas flaqueen tras la conquista de las cumbres, cabe la posibilidad de regresar, por un lado, por las pendientes de la Drecera d’en Ramon o, por otro lado, yendo directamente por El Portell.

Dificultad de la ruta

Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables.

El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. Desde el punto de vista de la dificultad física, esta ruta es de dureza muy exigente por sus 15 kilómetros de distancia y 912 metros de desnivel positivo o subida, resultando en una ruta de unas 6 horas de duración.

Como cabe esperar, el tramo más demandante corresponde a la primera mitad, aquella que salva el desnivel positivo hasta la cumbre de La Miranda.

En lo que respecta a la complejidad técnica, son obstáculos frecuentes las pendientes pronunciadas, la mayoría de las cuales se concentran en la primera mitad del recorrido, hasta la cumbre de La Miranda. Además, lejos de lo que pudiera parecer, no hay que lidiar con senderos expuestos al vacío: sólo los encontraremos si queremos subir hasta la cumbre de Cavall Bernat, en cuyo acceso nos ayudamos, en primer lugar, de una cuerda y, en segundo lugar, de una cadena para superar un breve paso.

Finalmente, conviene recordar que la Sierra de Llaberia está gobernada por el viento. Suele soplar con fuerza en las alturas los días con cielo sereno, haciendo que nos enfriemos con rapidez. Así las cosas, es importante cargar con una chaqueta cortavientos transpirable que nos proteja de sus iras y facilite la evacuación de la sudoración.

El pueblo medieval

Uno de los tantos puntos destacados del itinerario es el pueblo de fisionomía medieval que parecen cobijar las montañas de estas contradas. Esta villa perteneciente a Tivissa y de igual nombre que la sierra es una de las poblaciones descritas por Josep Iglésies en el libro Les ciutats del món: «La serra de Llaveria, en canvi, ampla com és, heroica i torturada, necessita del consol d’una esglesiola i d’un redol de llars que cremin. La freda rigidesa de la roca cedeix, es fa sensible i tèbia per virtut de la presència de l’aldea esquifida». En esta descripción menciona su templo románico, construido entre los siglos XII y XIII, cuyo silo reveló que la iglesia sirvió, además, como refugio de bienes. De hacer la versión más corta de la ruta, es altamente recomendable visitar en coche este pueblo que ostenta un doble mérito: situado a 680 metros sobre el nivel del mar, Llaberia es la villa más pequeña y alta de la localidad de Tivissa.

Distancia: 15 kilómetros

Desnivel positivo: 912

metros
Duración: 6 horas

Dificultad física: Muy
exigente

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