De paseo por la historia. Pasar de ser un valiente gladiador a un marqués modernista
Hoy proponemos viajar en el tiempo y descubrir los tesoros de la historia de Tarragona y Reus
Hoy nos quedamos en la ciudad. Porque no siempre vacaciones es sinónimo de conexión con la naturaleza, sino que a veces uno puede enriquecerse con lo que nos ofrecen nuestras calles asaltadas y edificios cargados, en nuestro caso, de una bellísima historia. Por eso daremos un paseo por dos capitales que tienen mucho, pero que mucho, que contar.
Vamos primero a meternos en la piel de un tarraconense de pocos años antes o después del nacimiento de Cristo. Estamos en plena era romana y entonces, Tarraco, era una de las principales ciudades de Hispania y capital de la provincia romana Hispania Citerior. Tal fue su gloria que, tras más de 2.000 años, ahora es Patrimonio Mundial de la Humanidad, un honor reconocido por la UNESCO.
Pero entremos un poco en las entrañas de esos habitantes que nos han dejado como legado hasta una quincena de monumentos y espacios con un valor histórico incalculable. Solo hace falta recorrer los más de mil metros de la muralla, la construcción romana más antigua de las que se conservan fuera de Italia y que está datada del siglo II a.C. acercarse hasta el majestuoso Anfiteatro e imaginarse una lucha de gladiadores con el Mediterráneo de fondo. ¿Y qué me dicen del Circo? Hoy en día se conserva la cabecera, pero solo hace falta ir a la plaza de la Font, cerrar los ojos, y visualizar allí carreras de cuádrigas donde hoy en día hay terrazas al sol.
¡Un momento! Antes de abrir los ojos echemos un vistazo al imponente Pont del Diable, nuestro acueducto que surge en plena naturaleza, o a la Necrópolis Paleocristiana, al Fórum Romano y a, como no, el Museo Nacional Arqueológico para descubrir las joyas que los arqueólogos han recopilado a lo largo de años y años de excavaciones.
Ilustrísimo glamour en Reus
Ahora sí, dejamos nuestra Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco para dar un salto en el tiempo y espacio y viajar hasta el final del siglo XIX de Reus. La majestuosidad, la ostentosidad y el glamour se apoderaron de la capital del Baix Camp de tal modo que han dejado, a su paso, uno de los legados modernistas más importantes de Catalunya.
Así pues, durante esos años gloriosos, Reus fue una de las ciudades más prósperas del territorio catalán, hecho que se puede apreciar enmudeciendo con la majestuosidad de los edificios modernistas que hay en la ciudad, muchos de ellos con el sello del arquitecto Antoni Gaudí en su fachada, Lluís Domènech i Montaner o la huella del pintor Mariano Fortuny. Y no sólo eso, sino que, paseando por las calles de la capital del Baix Camp podemos admirar obras tales como la Casa Navàs, uno de los mejores ejemplos del modernismo europeo; el modélico hospital psiquiátrico, el Institut Pere Mata; o el Teatre Fortuny, el más importante de la ciudad.
Qué, ¿nos damos un paseo por la historia?