«Cruyff y Carabén nunca miraban al adversario ni se refugiaban en la derrota»
Ramon M. Piqué presenta en la Llibreria Adserà de Tarragona ‘El Contracte’, el libro que narra cómo se fraguó la llegada de Johan Cruyff al Barça en 1973 y su impacto en Catalunya
El publicista y escritor Ramon M. Piqué (Lleida, 1980) presenta este jueves a las 19.00 horas en la Llibreria Adserà de Tarragona ‘El contracte. Cruyff. Carabén. Catalunya’, editado por Columna. Una obra sobre la llegada de Johan Cruyff al FC Barcelona, en 1973, que fue una auténtica revolución.
¿Quién era Armand Carabén?
Fue un personaje de su época pero también muy distinto para su época (fue gerente del Barça entre 1970-73). Era originario de una familia burguesa, de tradición catalanista. Vivió en una Barcelona muy gris, paralizada. Era bueno como estudiante; lo fue en Ginebra, en Londres y en Barcelona. Estudió Economía, Derecho, hablaba alemán... Era una persona muy preparada y culta, tenían una biblioteca importante en su casa; su padre era amigo personal de Josep Pla. Carabén era abierto, iniciaba muchos proyectos..; y eso fue muy importante para el rol que tendría. Fue un conector.
¿Cómo entabla relación con Cruyff?
Carabén y su mujer, Marjolinj, holandesa, conocieron en 1969 a Agustí Montal (expresidente del Barça entre 1969 y 1977). En aquella época Cruyff empezaba a ser conocido, ya despuntaba en el Ajax aunque aún no había ganado las Copas de Europa. Cruyff vino a Barcelona en 1970, a conocer la ciudad; le montaron una visita al Camp Nou, conoció a Rexach y saludó a Vic Buckingham, que era el entrenador del Barça y fue quien le había hecho debutar en el Ajax.
Y resultó clave en su fichaje.
En 1971, cuando Cruyff ya sopesaba marcharse del Ajax, se produjo un segundo contacto en Barcelona en el que ya estuvieron Carabén y Marjolinj, que ejerció como traductora; ahí empezó una relación de amistad que, en efecto, fue determinante para su posterior llegada.
¿Por qué Cruyff eligió el Barça precisamente en aquel momento tan malo para el club?
Fue una operación muy bien llevada, aunque torpedeada por el Ajax, por el Real Madrid y la Federación Española. Por qué vino es la gran pregunta que me formulo en el libro. Quiso venir porque aquí sería el gran líder y podría triunfar; el dinero era otro motivo, el Barça lo tenía en esa época; y luego por la lealtad y la palabra de Carabén. Johan vio que no le estaban utilizando.
¿Qué supuso su llegada?
Cruyff es la persona más impactante de la historia del fútbol. Como jugador fue una revolución por su velocidad, regate y goles y por cómo mandaba en el campo; y como entrenador, por ese fútbol total que quedó instaurado a nivel mundial.
Usted habla de un Barça aC y un Barça dC (C de Cruyff)
Sí, porque es el refundador del Barça. Su tercera revolución fue como filósofo. Desde el palco designó a Pep Guardiola y a Txiqui Begiristain, y fue clave en la llegada de Frank Rijkaard.
¿Cómo de importante fue Johan para los catalanes?
Pasamos de la mentalidad culé del sufrimiento al ‘salid y disfrutad’. Era directo, competititivo y juguetón, porque también sabía vivir muy bien la vida. En política en este país hemos ido bien cuando hemos funcionado desacomplejados. Son los principios de Cruyff, y también de Carabén.
¿Qué lección nos dejan?
Tanto Cruyff como Carabén eran espejos en los que mirarse. Nunca miraban al adversario y tampoco se refugiaban en la derrota; Johan por ejemplo no era antimadridista, confiaba tanto en su talento... Carabén era similar. Actuaba desacomplejadamente en catalán, sin pedir permiso a Madrid. Lo explico en el libro con la foto en la que Carabén presentaba a Cruyff y a Joan Miró; ponía en relación Catalunya con el mundo. Por eso era reconocido.
Ha dialogado con los mejores analistas de Cruyff. ¿Qué definición le ha cautivado más?
Me gustó muchísimo la mirada de Sergi Pàmies. Asegura de Cruyff que es un filósofo involuntario, alguien que habla fatal los idiomas pero a quien se le entiende perfectamente; alguien que dice grandes verdades con una gran sencillez, y eso es una gran virtud; y también le cataloga de filántropo excéntrico jugando, porque si él se lo pasa bien, tú te lo pasas bien. Y el juego de Cruyff está pensado en ese sentido.
Usted considera que posiblemente Johan, para quien el fútbol era un divertimento, se reiría por cómo llega a sufrir en su día a día Pep Guardiola, su heredero.
Posiblemente le diría que no se lo tome tan en serio. Pep es su heredero, por su perfeccionismo y esa idea de hacerlo bien. Aunque Pep tiene un carácter muy distinto. No se cuenta mucho, pero es uno de los futbolistas más expulsados de la historia. Es un competidor nato.
En la parte final recuerda al cocinero Fermí Puig. Tenía incluso organizada su cocina en base a la filosofía de juego de Cruyff, su gran ídolo...
Era un cruyffista radical, hasta el punto de encargar los trabajos al personal de la cocina con los números que posicionaba Cruyff: el 4, el 6... cada uno con su rol.
El lema del 125º aniversario del Barça que se conmemora ahora es ‘Volem la pilota’.
Es el homenaje a una cultura. Ha sido una suerte tener a David Carabén (hijo de Armand y cantante de Mishima) liderando todas las iniciativas que se llevan a cabo. Aquí siempre hemos jugado a este fútbol asociativo. Esa idea de colectividad la tenemos tan arraigada... En el proceso de como hacemos las cosas, las salsas, los platos, en los castells, el trencadís, la sardana... y el fútbol del Barça.
¿Le gusta el Barça actual?
Me inspira un orgullo grandísimo. Salir a jugar con estos chavales de 17, 18, 19 años, que se saben el manual de memoria, que hablan catalán,... no hay ningún club que lo tenga. Lo tenía el Ajax y lo perdió. Todo esto es brutal.