27 para el 27
El título es el eslogan de la Universidad de Sevilla para celebrar el Centenario de la Generación del 27
El título que he elegido para este artículo es el eslogan con el que la Universidad de Sevilla ha presentado el proyecto con el que comienzan los actos de celebración del Centenario de la Generación del 27, el movimiento literario más importante del siglo XX, con la organización de una amplia programación cultural, académica y científica que tiene a la capital andaluza como punto de partida.
En 1927 un grupo de poetas jóvenes encabezado por Pedro Salinas, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Manuel Altolaguirre, Adriano del Valle, Vicente Aleixandre, José Moreno Villa y Rafael Alberti, se reunieron en el Ateneo de Sevilla para conmemorar el tercer aniversario de la muerte del poeta cordobés del Siglo de Oro, Luis de Góngora. El encuentro se documentó con una fotografía que sirvió como acto fundacional. Los poetas del 27, tomaron como referente y maestro contemporáneo a Juan Ramón Jiménez. Como imagen, la universidad ha presentado la reproducción en gran formato de una postal que Federico García Lorca envió desde Sevilla en diciembre de 1927 a su amigo Sebastià Gasch en Barcelona, que nunca ha sido expuesta. Es una vista exterior de la Fábrica de Tabacos con las cigarreras entrando y saliendo por la puerta principal. El texto de la postal nos indica la efervescencia vanguardista que animaba el grupo, puesto que documenta por primera vez el adjetivo: «picassiano-a», en referencia a la imagen reproducida. A los nombres que he citado, hay que añadir, cómo no, los de las mujeres artistas que formaron parte activa de esta generación: Margarita Manso, María Zambrano, María Teresa León, Rosa Chacél, Ernestina Campourcín, Josefina de la Torre, Rosario de Velasco, Maruja Mallo, Ángeles Santos, Remedios Varo, todas conocidas con el sobrenombre de las ‘sinsombrero’.
Hace tiempo, algunas voces literarias tarraconenses abogaron por un proyecto relacionado con la Muñeca de Marfil, que custodia el Museu Arqueològic de Tarragona, una propuesta de la cual ahora me hago eco a partir de este fragmento del texto de Cartas a Katherine Whitmore de Pedro Salinas:
«En Tarragona hay que ver: el Museo, donde hay cosas romanas muy bellas. La Catedral y su claustro, algunos capiteles excelentes. Y sobre todo una muñeca, sí, una muñeca, la más bonita y conmovedora que yo conozco, romana, encontrada en las ruinas de la Necrópolis cristiana de la Fábrica de Tabacos. (Creo que han hecho allí un pequeño Museo, donde estará). Yo la vi cuando la acababan de encontrar y aquella cosa frágil, infantil, preciosa, destinada no más que al juego y a la intrascendencia, me conmovió enormemente, al verla así salvada del tiempo, más que muchos monumentos triunfales. Y sigue conmoviéndome hoy, y me alegro infinito de que la veas. Ojalá se puedan salvar así del tiempo otras cosas extremadamente preciosas y difíciles, hechas por el puro placer, por el puro amor».
Para adherirnos al Centenario de la generación del 27, aparte de conmemorar el 90 aniversario de la visita-visitas de Federico García Lorca a Tarragona, no estaría de más, situar cerca de la preciosa Muñeca de Marfil, este delicioso texto.