Zombis, esqueletos y vampiros toman la noche de Halloween en Salou
El Salouween Parade pone el broche a la celebración con cientos de participantes en un desfile cargado de ritmo y de sustos
Durante unas horas, la Via Roma de Salou ha emulado esta anoche a la Sexta avenida de Nueva York. Cientos de vecinos de todas las edades se han sumado al multitudinario desfile de Halloween ataviados en sus más terroríficas galas. Tras diez intensos días de actividad, el Salouween Parade ha puesto este martes el broche de oro a la celebración en un recorrido que salió desde la Masia Tous y terminó en la plaza del TAS.
Desde primera hora de la tarde, los más pequeños empezaron a prepararse en el maratón de maquillaje que ofreció el Club Xic’s. Eran las 19.30h, hora de inicio del desfile, y las maquilladoras seguían con su mejor sonrisa pintando caras para que ningún niño se quedara sin transformar. Un diez para ellas. Más de 300 pasaron por sus manos. Zombis, catrinas, esqueletos y también animales que llenaron de color las calles de Salou.
Un grupo de lanzafuegos y unos payasos con muy mala cara se encargaron de abrir el desfile, que contó con varios zancudos, una escena pandémica a gran escala, calabazas gigantes y hasta el trenecito turístico de Salou, más tenebrosos que nunca, con unos espeluznantes viajeros a bordo, además de las mascotas del Club Xic’s también disfrazadas para la ocasión.
Tampoco los gegants de Salou quisieron perderse la celebración. El Pepot, con dientes y capa de vampiro, y la Nena, con un largo velo blanco cubriéndole el rostro, se pasearon dando manotazos y sustos entre el público junto a un gegantó Pantabrut que no necesita esforzarse demasiado para generar terror.
El ritmo lo pusieron los músicos de la Bandarra Street Orkestra, que animaron a todos los vecinos y vecinas, la mayoría familias con niños pequeños, que cerraban el desfile. Brujas, vampiros, esqueletos, catrinas y muchas Miércoles Adams en un multitudinario Salouween Parade que es ya una cita obligada para muchos y que demuestra que ha llegado para quedarse.