Visita virtual a la torre del telégrafo de Coma-ruga

Pese a valor histórico y estar catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional, presenta un estado de deterioro que avanza

Permitieron enviar mensajes complejos que garantizaban la seguridad de las regiones. En España se pusieron en funcionamiento en 1844, algo más tarde que en otros países europeos como Francia, donde ya había en 1794.

Las torres de telegrafía óptica tuvieron un papel clave durante las guerras carlistas. Entre 1844 y 1854 se levantaron 196 en todo el país. Enclavadas de manera que respondían a la necesidad de tener buena visibilidad sobre el entorno y comunicación visual con las torres previa y posterior.

En Coma-ruga, en la zona de Masos, queda una de esas torres. Pero pese a ser Bien Cultural de Interés Nacional catalogada por el Ministerio de Cultural desde 1985 y estar protegida per la Ley de Patrimonio Histórico del Estado, presenta un lamentable estado que podría degenerar en ruina.

La torre del telégrafo de Coma-ruga.

La Federació Xarxa Vendrellenca, que agrupa a diferentes asociaciones de vecinos, ha presentado una propuesta al Ayuntamiento de El Vendrell para dignificar ese elemento patrimonial con 175 años de historia y que permitiría narrar un relato de la época.

La telegrafía óptica supuso un hito en los sistemas de comunicación. Por primera vez podían enviarse mensajes complejos entre capitales de provincia de forma rápida, homogénea, regularizada y sin riesgos de ser interferidos.

En 1854 se creó la primera línea de telegrafía eléctrica en España, entre Guadalajara y Zaragoza. Esas construcciones tenían carácter defensivo.

Con tres plantas, la parte baja presentaba troneras, gruesos muros y la puerta elevada. La cubierta aterrazada para instalar sobre ella el aparataje de telegrafía. Las paredes con ventanas en dos de ellas, normalmente las que están orientadas hacia la siguiente torre. Se erigían cerca de núcleos urbanos y vías de comunicación.

Las diferentes líneas en la península.

La torre de El Vendrell, con 112 metros de altura, es del siglo XIX y es la número 54 de la línea de Telegrafia Òptica civil del ramal de Valencia a Barcelona. Sin embargo de la Masos presenta alrededor un foso excavado en la roca, lo que era característico de las instalaciones de telegrafía militar.

Tenía comunicación visual directa con las torres de Sant Antoni (Altafulla) a 13 kilómetros y de L’Arboç, ya desaparecida, a 11 km.

Estado de abandono

La Xarxa Vendrellenca lamenta el «estado de abandono» de la torre y su entorno. El Ayuntamiento es titular desde 1993 por lo que la entidad vecinal reclama una intervención para preservar elemento patrimonial y su entorno.

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La torre de telegrafía de Coma-ruga.

La entidad vecinal destaca el valor histórico y también el ambiental de la zona que podría ser un elemento de promoción turística y de divulgación.

La de Coma-ruga estaba en la línea Madrid-València-Barcelona y que llegaba a la Jonquera. Entró en funcionamiento en 1849.

Las señales se realizaban con un alto palo de madera con dos traviesas accionadas con poleas que permitían cambiar su posición. Cada posición era una letra o una clave. Había un libro de claves para identificarlas. Los operarios contaban con gafas de largas distancia.

En Catalunya fue en la Guerra dels Matiners (1846-1849), que el marques del Duero, capitán general de Catalunya encargó desarrollar una red de telegrafía óptica fija militar. Se crearon seis líneas.

Las torres se comunicaban entre ellas. La llegada de otros sistemas de comunicación llevaron al desmantelamiento en 1857 de las torres civiles y en 1862 de las militares.

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