Vila-seca plantea convertir la antigua Fàbrica de l’oli en una nueva biblioteca
El consistorio recibirá el edificio, situado entre las calles de la Riera y Sant Antoni, por una compensación urbanística
El Ayuntamiento de Vila-seca recibirá en propiedad la antigua Fàbrica de l’oli, un edificio histórico de usos agrícolas, que se encuentra junto al Parc de la Riera. El pasado 2021 se aprobó una modificación urbanística para permitir la edificación de una serie de viviendas en este frontal de la calle de la Riera, que es propiedad de un particular. El acuerdo contemplaba que el dueño compensaría al consistorio con este inmueble una vez desarrolle su proyecto constructivo para preservarlo y destinarlo a equipamientos públicos. Ahora, el equipo de gobierno estudia llevar allí la futura biblioteca.
Hacer una nueva biblioteca que permita ampliar las actuales instalaciones de la calle Tarragona era una de las promesas del mandato de Pere Segura. «Hemos hecho cosas por avanzar y planificar. Nosotros hemos pensado que ese sería un buen sitio, pero será la nueva corporación la que lo decida», apunta el alcalde, que considera que este es el espacio ideal «para una biblioteca de la futura ciudad de Vila-seca». «Es un ámbito central que es la rótula entre la ciudad nueva y la ciudad vieja», señala.
«Antes de poder hacer un proyecto y ejecutar una nueva biblioteca hay muchos más pasos –defiende Segura–. Se generó una oportunidad en una modificación del planeamiento de conseguir la cesión de este edificio, que puede ser un buen sitio». El inmueble, que actualmente se encuentra sin usos, todavía es de propiedad privada.
La Comissió Territorial d’Urbanisme aprobó de forma definitiva esta modificación del POUM en junio de 2021 y el próximo paso debe ser hacer un plan de reparcelación para desarrollar el proyecto urbanístico cuando lo considere la propiedad. Una vez se pongan en marcha las edificaciones, será cuando se revierta la Fàbrica de l’oli al consistorio y pueda ponerse a trabajar en un proyecto para este espacio. El alcalde adelanta que lo que se debe buscar es «una biblioteca del siglo XXI, un espacio que vaya mucho más allá de los libros y que cuente con espacios de laboratorio, de autoaprendizaje, espacios manipulativos... Hoy en día las bibliotecas no son solo sitios donde leer o estudiar, son centros de transferencia de conocimiento».
La modificación urbanística
Los cambios urbanísticos que se introdujeron en este frontal de la calle de la Riera permitirán desarrollar una serie de viviendas en uno de los pocos espacios que quedan por edificar en el centro de Vila-seca. El ámbito total engloba una superficie de 6.500 metros cuadrados y abarca dos parcelas, una primera que va desde la plaza de Països Catalans hasta la calle del Escorxador y la siguiente que empieza después del parque del Escorxador y llega a la altura de la calle Joan Maragall. En este ámbito se permitirá levantar edificios de un máximo de dos alturas más buhardilla. La modificación implica ganar unos 1.000 m2 de antiguas edificaciones agrícolas que se destinarán a equipamientos y 884 m2 más de suelo para parques y jardines.
La construcción de una nueva biblioteca es uno de los asuntos que lleva tiempo en cartera del Ayuntamiento de Vila-seca. Ya hace casi diez años, en él último Mapa de Lectura Pública elaborado por la Generalitat de Catalunya, se catalogaba el equipamiento como no adecuado y se proponía ampliarlo o trasladarlo. El informe alertaba de que la superficie, el personal y el horario de la Biblioteca de Vila-seca no estaban dimensionados para poder dar cobertura al crecimiento demográfico de la ciudad.
Quejas de los usuarios por los horarios
Más allá del tamaño de las instalaciones, la Biblioteca Municipal de Vila-seca también ha sido foco de críticas por sus horarios. Actualmente, abre de lunes a viernes todas las tardes (de 16 a 20 horas) y únicamente dos días a la semana (martes y jueves) también por la mañana (de 10 a 13.30h). En total, el equipamiento está abierto al público 27 horas a la semana en invierno, lo que ha despertado las críticas de algunos de los usuarios, que reclaman ampliar los horarios y poder hacer uso de las instalaciones también por las mañanas. El asunto incluso lo llevó al pleno el grupo municipal de Vila-seca en Comú hace unos años, a través de una moción que no prosperó, y la situación hoy continúa siendo la misma.