Una puesta de sol con apuñalamientos y hachazos en El Vendrell
Lo residentes en la zona dicen tener miedo y que ahora «se están metiendo bombonas de butano»
Con capucha en el pleno municipal. No porque tenga miedo de los concejales. Tiene miedo de sus vecinos okupas. Preocupación como casi todos los residentes en la calle
Intentado ocultar su rostro (el pleno se retransmite por streaming) una vecina de la calle Jaume Carner de El Vendrell relató el calvario que sufren los residentes en la zona por un edificio totalmente okupado.
«Te invito a ver la puesta de sol desde mi terraza». Pero la visión no es idílica. «Y ver como apuñalan, cómo se dan hachazos, cómo quieren tirar a alguien desde el balcón...». El relato podría seguir.
En la sala de plenos
Acompañada por vecinos que llenaron la sala de plenos los vecinos de la calle Jaume Carner resumió: «el problema que tenemos es muy difícil».
La situación no es nueva. Se remonta a hace mucho y el Ayuntamiento ha intentado diferentes acciones contra los okupas. Presión y controles policiales, cortes de luz y de agua, tapiado de accesos.
«Pero venís y cortáis la luz y por la noche vuelve a haber luz y se ponen a ver los Simpson por tele...». Y vuelve a haber agua. «A veces se pasa un día lanzando agua a la calle. Los tapiados duran poco y se derriban a martillazos.
Los vecinos piden soluciones, pero «no hay soluciones rápidas», responde el alcalde, Kenneth Martínez. Es más, añade, un Ayuntamiento lo tiene difícil. «Porque las leyes no os dan herramientas ni a vosotros ni al Ayuntamiento. Solución inmediata no hay».
Tensión
Sin embargo la tensión en la zona es creciente. «Ahora abren el parking y meten coches sin ITV, sin seguro... quiera Dios que no tengamos un accidente con ellos».
Muchos vecinos piden a los más jóvenes que les acompañen hasta el portal de casa por miedo. Los vecinos señalan que la Policía Local acude de manera rápida a sus llamadas, pero que cuando se retiran la situación vuelve a ser la misma.
El piso está okupado desde que acabó de construirse. «Y cuando sale un okupa entra otro», explican los vecinos de la zona.
El alcalde pide una difícil paciencia. Igual que se ha acabado o con una situación similar en Cristina Baixa o el Creu de Coma-ruga, «también solucionaremos esta».
Mafias y bancos
Martínez señala que una de las dificultades es que «hay mafias que detectan lugares donde okupar, Mientras hay un movimiento de dinero hay un problema».
Añade a los bancos, fondos y grandes propietarios. «Hay pisos y edificios después de años del crack de la construcción que siguen vacíos y se quiere hacer negocio con ellos».
«Mientras no se obligue a ponerlos en el mercado tendremos problemas y los ayuntamientos no tendremos herramientas».
En el edificio en cuestión además hay más de un propietario, lo que dificulta una acción judicial para el desalojo de conjunto.
Pero Martínez asegura que el consistorio está trabajando y recuerda la última intervención conjunta de policías además de que se cortó la luz y los servicios de salud y urbanismo del consistorio inspeccionaron el inmueble para determinar su habitabilidad.
Los vecinos señalan que en pocas semanas llegará el frío. El edificio tiene ventanas «y se están metiendo muchas bombonas de butano dentro».