Una esperanza para la posidonia en Calafell
La especie, vital para el ciclo marino y frenar las mareas, está amenazada
La posidonia oceánica es una planta vital para el ciclo marino. Además de ser refugio y zona de alimento para decenas de especies, sus praderas frenan el impacto de las mareas sobre la costa, siendo una primera barrera de protección.
La planta está muy amenazada. La contaminación y la acción de la pesca de arrastre durante décadas, las anclas de embarcaciones de recreo, además de la acción de especies invasoras como el alga Caulerpa, introducida en el Mediterráneo por un vertido accidental en un acuario de Mónaco, ha diezmado a esta especie mediterránea que está en peligro de extinción.
Hace meses en Calafell comenzó un proyecto con el objetivo de plantar posidonia en los arenales, donde se defiende que hace décadas estuvo presente la especie.
Recogida esquejes
El Centre de Recerca i Educació Ambiental de Calafell (CREAC) recogió esquejes arrancados por los temporales y que llegaron a la orilla para plantarlos en acuarios en los que se recrearon las condiciones de salinidad para dar garantías a la planta.
Además, se crearon unas mallas biodegradables elaboradas con coco y otros materiales naturales. En un primer momento, se vio que aquellos esquejes arraigaban, pero se esperó a que tuvieran más consistencia antes de llevarlos al mar.
Fue el pasado noviembre cuando esas plantas de posidonia fueron colocadas mar adentro. A 900 metros de la costa y 14 metros de profundidad en una zona frente a la cofradía de pescadores. Era entonces cuestión de esperar.
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Este jueves se ha realizado una inmersión con apoyo de la Asociación Oceánicos, para comprobar el estado de aquellas plantas, y como explica Dani Fernández, director del CREAC, «ha sido un éxito. La práctica totalidad de las plantas se han arraigado e incluso tienen hoja nueva».
Fernández añade que esas plantaciones han resistido a los temporales del invierno, algunos de intensidad, lo que lleva a calificar la experiencia de éxito.
Recuperación
Una circunstancia que lleva a destacar la iniciativa es que, en torno a las mallas que se colocaron con los esquejes, es que también comienza a brotar de forma natural la Cymodocea nodosa, otra planta marina que normalmente precede a la posidonia y que ayuda a esta a sentarse y formar praderas.
El éxito de la iniciativa lleva al CREAC a impulsar la acción. En el centro de Calafell, además de los acuarios en los que se realizó la experiencia piloto, se han incorporado unas piscinas de 6.000 litros para ampliar la experiencia.
En estas piscinas se colocarán esquejes que puedan arrastrar la marea, pero además del CREAC tiene autorización para recoger semillas en toda Catalunya para intentar su reproducción.
La posidonia tiene un ritmo de crecimiento muy lento, pero el éxito de la experiencia impulsada en Calafell puede ser un primer paso para la recuperación de la especie mediante las técnicas de asentamiento aplicadas.
El concejal de Ecología Urbana, Aaron Marcos, destaca que «podemos haber encontrado la metodología de plantación de la posidonia». Ahora es cuestión de tiempo que crezca y se extienda.