Indignación por el nuevo método para coger sitio en la playa. ¿Llegará a la Costa Daurada?

Cientos de críticas por un vídeo en TikTok que muestra bañistas que montan su propia parcela en la playa

Cada verano observamos imágenes surrealistas a la hora de llegar temprano, colocar la toalla o el parasol, y luego desaparecer para volver más tarde. Un hecho que se ha convertido en una norma no escrita. Sin embargo, una nueva tendencia está desatando la polémica en las redes sociales estos días.

El fenómeno ha sido expuesto por el usuario de TikTok @konekallejera, cuyo vídeo se ha hecho viral mostrando una escena que, según él, redefine lo que entendemos por “turismo de calidad”. En las imágenes se puede ver a un numeroso grupo de turistas en la playa de Samil, en Vigo, que ha llevado la lucha por un buen sitio al siguiente nivel: han montado una especie de parcela privada, delimitada por telas, para separarse del resto de los bañistas. Con esto, se aseguran un espacio amplio exclusivamente para ellos.

Las reacciones no se han hecho esperar. En los comentarios del vídeo, la indignación es palpable. Muchos usuarios critican duramente esta práctica, considerándola una falta de respeto hacia el resto de los veraneantes. Algunos incluso exigen sanciones contundentes para evitar que se repita. “Es una barbaridad, qué personajes”, comenta irónicamente el tiktoker, resumiendo el sentir de muchos.

Sin embargo, no todos están en contra. Hay quien defiende la idea, argumentando que en casos específicos, como cuando se trata de grupos con muchos niños pequeños, puede ser una buena solución para evitar el caos y garantizar la seguridad de los más pequeños. “Si es un grupo con muchos niños pequeños, lo veo una buena idea”, comenta un usuario en el vídeo.

Lo cierto es que esta nueva moda pone sobre la mesa un debate sobre el uso del espacio público en las playas, que tradicionalmente han sido un lugar de encuentro y convivencia. ¿Estamos ante una simple muestra de ingenio o ante una práctica que debería estar regulada? Lo que es evidente es que las playas, cada vez más masificadas, se han convertido en un terreno donde la búsqueda de comodidad y espacio puede chocar con las normas no escritas de convivencia. Y mientras la polémica sigue creciendo en las redes, es probable que pronto veamos más episodios como este en otros puntos de la costa. ¿Llegará esta moda a las playas de la Costa Daurada?