Terrazas cerradas a pie de playa de La Pineda por unas obras que llegan con retraso
La conexión eléctrica de los chiringuitos levantará parte del paseo y ello significará recoger sillas y mesas unos días
La vuelta a la normalidad se está convirtiendo, en todos los sentidos, en un correcaminos para todo el mundo. La posibilidad de restablecer los hábitos de 2019 en todos los sectores y ámbitos se está aplicando sin pausa ni descanso.
Así, por ejemplo, en la playa de La Pineda este 2022 de la normalidad coincide con un cambio de estética en todos los sentidos: nuevos chiringuitos, nuevas torres de vigilancia, nuevos accesos al agua... Y todo ello con los trámites burocráticos y su ritmo inalterable con o si Covid.
Así ha sido como se ha germinado un problema entre algunos restauradores que tienen sus negocios en La Pineda, a tocar de la arena de la playa. Estos días se han enterado que para poder poner en marcha los chiringuitos, se necesitan una serie de servicios para que funcionen: básicamente luz y agua. Y estos servicios deben conectarse en la red de servicios que pasa por debajo del tramo de paseo que separa la arena de la puerta de estos negocios de restauración.
Estos trabajos ya llevan un tiempo en marcha. Se licitaron a finales de febrero y se adjudicaron en marzo por valor de más de 350.000 euros. El objetivo es el de poder enlazar los servicios existentes en La Pineda con estos siete chiringuitos que se activarán este verano. De esta forma, dispondrán de agua y luz.
El tiempo ha corrido en contra de los plazos deseados y la campaña estival se ha echado encima y se trabaja a destajo para perder el mínimo número de días de campaña estival.
Sin embargo, las obras que se llevan a cabo para conectar estos servicios son más o menos problemáticos en función de si afectan a negocios particulares o solo tramos del paseo que se pueden acotar sin perjudicar a los peatones.
Y en este contexto, se encuentran unos restaurantes que tienen el privilegio de ofrecer vistas al mar y entrar en la arena con solo unos pasos desde la puerta. Estos locales tienen su terraza en un tramo del paseo marítimo, acotado por las autoridades. Y gracias a esta proximidad con la playa convencen a su clientela. Su situación es su mejor marketing.
Ahora, sin embargo, la necesidad de conectar luz a los chiringuitos que corresponden en este tramo de la playa implica levantar parte de este paseo y habilitar el enlace desde el paseo hasta el módulo prefabricado que se instalará en la arena.
Sorpresa y malestar
Hace unos días, los restauradores se enteraron por la propia dirección de la obra que se levantaría un tramo de paseo, el más alejado de la fachada de sus locales, pero donde está la zona de cables que deben conectar.
La información dejó helados a los empresarios, ya que están en plena campaña estival y con media sonrisa en la cara porque la gente vuelve a las costumbres de tomar algun aperitivo en la terraza o incluso comer.
Martín y Cristina, del restaurante Che del Mar, quedaron petrificados cuando les comunicaron que tendrían obras enfrente de su terraza. Estamos a finales de mayo y el movimiento de turistas empieza a crecer en este punto de la Costa Daurada. «Cerrar ahora la terraza una semana nos hace mucho daño. Han tenido todo el invierno para hacer las obras, que las entendemos, pero ahora a las puertas del verano es intolerable», explican.
Las llamadas telefónicas al Ayuntamiento para poder conocer el alcance de las obras (más allá de las explicaciones que les dijeron de viva voz el responsable de las obras esta semana) se han sucedido hasta el punto de que ayer el concejal de Serveis Generals, Josep Toquero, se entrevistó con estos propietarios para explicarles las obras y admitir que el retraso en la ejecución de los trabajos se debe al proceso burocrático, pero no se puede ni cancelar ni demorar más.
La empresa, en permanente contacto con el Ayuntamiento, asegura que intentará trabajar lo más rápido posible y procurando mantener una distancia suficiente para la terraza. Sin embargo, es difícil que alguien se siente en estas mesas si a pocos metros se está abriendo un tramo de paseo marítimo.
La previsión, según apuntan fuentes municipales, es que los trabajos se puedan realizar en un máximo de cinco días (y entre semana para que los sábados y domingos anteriores y posteriores se pueda trabajan con la terraza libre de obras). El calendario apunta a la segunda semana de junio. Los restauradores aceptan a regañadientes estos trabajos, peor sostienen que es una jugarreta y que los perjudicados son ellos cuando todo empezaba a la normalidad de 2019.
Estos servicios para los chiringuitos privados que se llevarán a cabo este junio en La Pineda son una de las muchas tareas que se están ejecutando estas semanas para transformar la playa de arriba abajo.