Salou se pone marinera y rinde honores a su patrona
El día grande de las Nits Daurades atrajo un año más a decenas de miles de personas que siguieron la multitudinaria procesión de la Virgen por tierra y mar, para acabar con el gran espectáculo de fuegos artificiales
El 15 de agosto en Salou es sinónimo de gente, de baños en la playa hasta tarde, de largos paseos junto al mar, de terrazas llenas y de fuegos artificiales. Pero también es el día en que la patrona, Santa Maria del Mar, sale a la calle en su festividad y recuerda a salouenses y visitantes el origen marinero de la ciudad. En el día grande de las Nits Daurades, Salou rindió honores a su patrona en una multitudinaria y solemne procesión por tierra y mar que culminó con el tradicional castillo de fuegos artificiales en el paseo.
El de ayer es probablemente el día en que Salou recibe más gente de todo el año. La cresta del verano. Un hervidero de actividad que, durante unas horas, se vio apaciguada por la presencia de la patrona, que atrajo todas las atenciones a su paso entre la devoción de los fieles y la curiosidad de miles y miles de turistas totalmente ajenos a la celebración que se llevaron en sus cámaras un recuerdo de una de las tradiciones más arraigadas a la ciudad.
Desde mucho antes de la hora programada, el público empezó a llenar las calles alrededor de la iglesia de Santa Maria del Mar para ver la Virgen en su camino hacia el puerto. Una vez acabada la misa, la procesión arrancó desde el interior del templo y, pasadas las 9 de la noche, con el sol poniéndose tras los edificios, la Virgen salió a hombros de cuatro de los miembros de la Societat de Pescadors Santa Maria del Mar, descalzos y debidamente ataviados con la vestimenta azul marinero.
Cerca de 40 músicos de la Banda de Cornetes i Tambors Verge de Misericòrdia de Reus abría la procesión. Los tambores empezaron marcando el paso, entre los espontáneos aplausos y vivas a la Virgen.
Tras ellos, medio centenar de personas, de todas las edades y mayoría de mujeres, guiaban a la Virgen iluminando el camino con antorchas. Con sus indumentarias y enseres de pescadores, dos remos escoltaban a la imagen en su recorrido. Tras alzar el tabernáculo al pasar por delante de la puerta de la iglesia, en uno de los momentos más emocionantes de la procesión, el séquito continuó el recorrido por la calle Mestral, el paseo Miramar y el Espigó del Moll, bajo un respetuosos silencio que rompían los tambores y cornetas.
Al llegar al puerto, los pescadores subieron a la Virgen a un barco para hacer un pequeño paseo por mar y regresar después para acabar el recorrido en el paseo, bajo el monumento a Jaume I, con los fuegos artificiales iluminando el cielo de Salou.