Salou: «No puedo vivir con este miedo en mi propia casa. Me veo obligada a irme»
Deborah Calcagno reside desde hace un año en la capital de la Costa Daurada. La semana pasada le entraron a su piso mientras estaba fuera y se lo desvalijaron
Deborah Calcagno es argentina, pero vive en Salou desde hace un año. Uno de los motivos que la animó a emigrar es la inseguridad ciudadana que atraviesa su país. En la Costa Daurada ha encontrado un trabajo como peluquera y una paz que se ha visto truncada de repente por un robo que sufrió la semana pasada en su propia casa. Los ladrones aprovecharon que estaba fuera trabajando para colarse por la terraza comunitaria –vive en un ático– y desvalijarle el piso completamente. Desde entonces no ha sido capaz de volver a dormir en su casa, donde vive sola, y está buscando un nuevo piso para mudarse.
«Tenía las maletas hechas porque voy a pasar unos días a mi país y llevaba mucha ropa nueva y regalos para mi familia. Se lo han llevado todo», relata. Los cacos tuvieron tiempo de recrearse por toda la casa buscando los objetos de más valor. Al llegar, se encontró todo revuelto, los armarios abiertos, las luces encendidas, pero la puerta cerrada y ningún daño aparente en los accesos. Más tarde comprobó que los ladrones habían roto la cerradura de la terraza comunitaria y, de ahí, saltaron a la suya para irrumpir por la puerta corrediza de una de las habitaciones.
Se llevaron aparatos de tecnología, un teléfono móvil, perfumes, ropa, calzado nuevo, una pala de pádel, unas gafas de sol o dinero en efectivo, entre otros. Todo ello valorado en más de 4.000 euros que ya da por perdidos. «No me queda nada de valor», lamenta.
Enseguida puso el caso en conocimiento de los Mossos d’Esquadra, que acudieron a su piso y comprobaron que los ladrones habían actuado con guantes y no habían dejado huellas. En el bloque hay otros dos apartamentos con vecinos, pero el único en el que robaron fue el suyo, lo que le hace sospechar que los ladrones sabían cuando no iba a estar en casa para entrar.
Deborah vive de alquiler en un recinto de apartamentos de la calle Montblanc, muy cerca de la avenida Carles Buïgas, en el corazón de la zona turística de Salou. En invierno, los vecinos que residen en su edificio se pueden contar con los dedos de una mano. «Lo peor es la sensación de impotencia que te queda. Sientes que han violado tu intimidad. Nunca tuve miedo y ahora voy mirando a todas partes y tiemblo con cualquier ruido que escucho. No se puede vivir con este temor en tu propia casa. Me duele, porque aquí estaba feliz y nunca había tenido problemas, pero he decidido que me voy del piso», explica. La salouense, que desde el suceso duerme en casa de amigas para no quedarse sola, reclama mayor seguridad para que robos como el suyo no vuelvan a ocurrir: «Más allá de lo material, es algo que te afecta al estado de ánimo. No me siento segura».