El pueblo de Catalunya con los pisos más baratos delante del mar está en Tarragona
El municipio tarraconense se posiciona entre los 25 municipios costeros más baratos de todo el Estado
El mercado inmobiliario en la costa catalana ha experimentado un crecimiento desmesurado en los precios de los inmuebles, dificultando el acceso a segundas residencias en estas áreas, que solían ser un deseo accesible para muchas familias. Según un reciente estudio de Pisos.com, citado por el diario El Món, la compra de una vivienda en localidades costeras se ha convertido en un lujo reservado para unos pocos, con un encarecimiento significativo que ha relegado la opción de tener una segunda residencia a una minoría privilegiada.
Este estudio destaca que el municipio catalán más económico para adquirir una vivienda de 90 metros cuadrados en la costa catalana es Salou, con un precio medio de 137.000 euros. Este municipio tarraconense es el único de Catalunya que se posiciona entre los 25 municipios costeros más baratos de todo el Estado. Aun así, el precio por metro cuadrado en Salou se sitúa en 1.522 euros, una cifra que, aunque asequible en comparación con otras localidades, refleja la creciente inaccesibilidad del mercado inmobiliario en general.
Por otro lado, Sitges continúa siendo la localidad más cara de Catalunya para adquirir una vivienda, con un precio medio que roza los 470.000 euros, lo que la sitúa como el quinto municipio costero más caro de toda España. El coste por metro cuadrado en Sitges asciende a 5.207 euros, más del triple que en Salou, subrayando la enorme brecha en los precios inmobiliarios dentro de la misma comunidad autónoma.
Catalunya también se destaca en la lista de los 25 municipios más caros para comprar vivienda en la costa, con siete localidades en la lista. Tras Sitges, Castelldefels y Gavà, ambos situados en la costa de Barcelona, ocupan puestos destacados con precios medios de 377.536 y 341.083 euros, respectivamente, para una vivienda de 90 metros cuadrados. Estos municipios también presentan precios elevados por metro cuadrado, con Castelldefels a 4.195 euros y Gavà a 3.790 euros, lo que refleja la elevada demanda en estas zonas costeras cercanas a la capital catalana.
Por otra parte, la costa Brava también aporta municipios a esta lista de los más caros, con Castell-Platja d’Aro como el más destacado, donde el precio por metro cuadrado se sitúa en 3.629 euros, resultando en un coste medio de 326.580 euros por vivienda. Otros municipios como Vilassar de Mar y El Port de la Selva siguen esta tendencia con precios igualmente elevados, superando los 3.500 euros por metro cuadrado.
El último municipio catalán en entrar en esta exclusiva lista es El Masnou, donde el precio medio de un piso de 90 metros cuadrados es de 309.612 euros, con un coste por metro cuadrado de 3.440 euros. El estudio de Pisos.com, citado por El Món, no solo pone de manifiesto la escalada de precios en Catalunya, sino que también muestra cómo este fenómeno se replica en otras regiones costeras de España, especialmente en las Illes Balears. Formentera lidera el ranking de municipios costeros más caros con un precio medio de 931.863 euros por una vivienda de 90 metros cuadrados, seguido de Santa Eulària des Riu y Sant Antoni de Portmany, donde los precios han aumentado un 47,7% y un 38,99% respectivamente en los últimos años.
El director de estudios de Pisos.com, Ferran Font, señala en el diario el Món que “el precio de la vivienda sigue en una tendencia alcista debido a la falta de oferta y la creciente demanda”. Esta situación es especialmente crítica en las zonas costeras, donde cada vez es más difícil encontrar una vivienda por debajo de los 300.000 euros. Incluso en las localidades más económicas de la costa, los precios continúan al alza, aunque en menor medida que en las áreas más exclusivas. Font añade que este incremento desigual de los precios pone de relieve las disparidades económicas dentro del mercado inmobiliario español, donde, aunque todavía existen oportunidades para adquirir viviendas a precios razonables, la tendencia general es hacia un encarecimiento progresivo que amenaza con hacer de la propiedad costera un lujo reservado solo para unos pocos.