Preocupación en Roda de Berà por los intentos permanentes de okupación de casas
En una semana se han neutralizado cuatro intentos, dos de ellos con una llave que las mafias habrían vendido a los ‘inquilinos’
Roda de Berà está reviviendo esta semana una de sus peores pesadillas: las okupaciones. Hace un año fueron los vecinos de la Barquera los que lograron expulsar de una de las casas de la calle Teide a sus inquilinos.
Esta vez, el trabajo se ha multiplicado y en estos últimos siete días se ha logrado desokupar tres viviendas, una de ellas dos veces. El Ayuntamiento está preocupado con esta nueva ola de moradores ilegales y reclama en aquellas viviendas propiedad de los bancos que se preocupen de sus posesiones, instalen puertas blindadas y alarmas para poder reducir el número de intentos.
Las cuatro últimas actuaciones han levantado ampollas en el vecindario más cercano a la casa que se quería okupar. E incluso ha habido necesidad de la presencia de Mossos en algunos casos para rebajar la tensión acumulada durante las actuaciones policiales.
Las llaves ‘maestras’
Uno de los últimos intentos de okupación es un reflejo de las mafias que existen detrás de estas acciones ilegales.
La vivienda en cuestión está en la avenida de la Mancha y el viernes, una familia con menores se instalaron. De hecho, ellos ya llevaban tiempo preparando la instalación, ya que la casa ya tenía las habitaciones preparadas para esta familia, procedente de Barcelona.
Habían accedido por la parte trasera, ayudados por otros okupas de la plaza Martorell y solo les faltaba enganchar el agua para lograr su objetivo. Con agua en la casa (y luz ya pinchada), nadie los podía sacar. Tienen menores y por tanto, la ley protege esta vulnerabilidad.
Pero los vecinos fueron rápidos, la Policía Local ágil y la brigada eficiente. El agua nunca pudo conectarse e incluso se reforzó esta intención. La familia, días después dejaba el piso ante la imposibilidad de tener los servicios mínimos.
La casa fue el miércoles otra vez imán para una nueva okupación. En este caso eran cuatro adultos procedentes de Rubí. Tenían una llave de la puerta de esta vivienda que alguien se la había vendido. Lo más rocambolesco del caso es que estos mismo okupas los habían echado de una casa de la calle Mirador de Berà 48 horas antes y con otra llave que habían comprado.
A estas tres okupaciones –dos en una vivienda de la avenida de la Mancha y otra en Mirador de Berà– se les sumó otra que también tiene guión cinematográfico detrás. La vivienda está en la calle Ramon Casas. Estaba deshabitada y el pasado 12 de mayo la Policía Local logró evitar que entraran allí okupas.
En esta ocasión (la vivienda es de una entidad bancaria), fue la discusión (incluso llegaron a las manos) entre dos familias okupas las que permitió llegar a tiempo a la patrulla de la Policía Local. Las dos familias, de seis integrantes una y de dos la otra, fueron advertidos por la Policía Local y desistieron de entrar en esta vivienda propiedad de una entidad bancaria.