Playas de Calafell... no son medusas, son salpas
Son inofensivas, no tienen carga urticante y ayudan a absorber CO2
En los últimos días en las playas de Calafell han aparecido unas gelatinosas criaturas que han generado recelo de los bañistas ante el temor de que fuesen medusas.
Sin embargo esas criaturas, transparentes y que en unas horas al sol prácticamente desperecen, no son medusas y carecen de carga urticante.
Lo que se puede ver a la orilla de las playas de Calafell son salpas (Salpa fusiformis), unos invertebrados de la familia de los tunicados. Pero además son un ejemplo que fascina a los biólogos ya que son el paso intermedio entre los invertebrados y los vertebrados. Cuentan con una primitiva columna y también forman parte del plancton, alimento para muchas especies marinas.
Las salpas son muy habituales en mar abierto, pero en circunstancias de aumento de la luminosidad, corrientes o cambios de viento, pueden llegar a incrementar su reproducción y lleguen a la orilla. También es cierto que suelen ser más visibles en otras temporadas que no son de baño.
En el mar suelen moverse unidas formando cordones que son conocidos como cinturón de Venus.
Se alimentan de bacterias, fitoplancton y pequeñas larvas de zooplancton y un incremento de estas también motiva una mayor presencia de salpas.
Pero además las salpas tienen un papel esencial en el medio marino y en el clima ya que absorben CO2 y lo filtran en el mar, contribuyendo al ciclo de carbono oceánico, esencial ante el cambio climático.
La salpa es también un protector de las praderas de posidonia, una planta vital parta el ciclo marino. Ese organismo gelatinioso se alimenta del principal enemigo de la posidonia y de la Caulerpa taxifolia, el alga exótica y tóxica conocida como “alga asesina” que está colonizando los fondos.