Oleada de robos en la Costa Daurada: «Nos entraron en casa tres veces en cuatro días»
Los robos en zonas residenciales de la Costa Daurada como Vilafortuny o Cap Salou se han multiplicado este verano
Gerard y su mujer pasan largas temporadas en una casa adosada que compraron en Vilafortuny hace ocho años. Son del sur de Francia, pero vinieron a la Costa Daurada después de jubilarse en busca del buen tiempo y la tranquilidad. Una tranquilidad que este verano se ha visto truncada por unos ladrones que no han dejado de actuar en la zona. «Entraron en nuestra casa tres veces en cuatro días –cuenta Gerard–. La primera vez se llevaron las joyas, dinero, el ordenador y otros aparatos electrónicos. Las otras dos veces los pillamos cuando entraban y se escaparon, pero estamos con miedo».
El de Gerard no ha sido un caso aislado, ni mucho menos, ya que todo el verano se llevan sucediendo robos en casas unifamiliares de zonas residenciales aisladas, como Vilafortuny, Cap Salou o Miami Platja. Al parecer, son varias las bandas organizadas que se dedican a acceder a las casas cuando los dueños salen y se llevan todo lo que encuentran a su paso invirtiendo el mínimo tiempo. Hay otros casos, tal y como han explicado algunos vecinos afectados al Diari, que el modus operandi implica una gran violencia y los ladrones actúan incluso con los dueños dentro de casa.
El robo en la vivienda de Gerard y su esposa fue cuestión de minutos. «Había venido mi nieta de Francia con unos amigos y fuimos a tomar un helado a Cambrils. Cuando volvimos ya se lo habían llevado todo, incluso el dinero en efectivo que habían traído para su viaje», relata. Fue una vecina, que tiene conectadas las cámaras de la alarma a su móvil para cuando el matrimonio vuelve a su país, la que dio la voz de alerta. «Eran dos hombres encapuchados y entraron con una escalera por una ventana de la primera planta. Desconectaron las cámaras de la pared y las tiraron al suelo. Después abrieron la cerradura de la cocina para escapar», explica.
Los hechos tuvieron lugar un sábado. El lunes, él mismo vio desde la cocina como uno de los cacos saltaba los setos y se colaba en el jardín, pero al verlo huyó. No contentos con eso, el martes les volvieron a entrar en casa, aunque ya no tenían nada de valor que llevarse. Desde entonces, el temor se ha apoderado de los vecinos de la urbanización, que han empezado a instalarse rejas en las ventanas. Son tan solo doce casas y algunos llevan más de 30 años viviendo allí sin un solo problema de robos.
Intrusos a diario
En Cap Salou han pasado también un verano crítico por la presencia de varias bandas de ladrones. «El año pasado, cuando se empezaron a relajar las medidas del confinamiento, ya empezamos a ver que había más robos, y que intentaban abrir los coches, pero eran delitos menores. Lo de este verano ha sido horrible. Cada semana hemos tenido algún robo. Había días en que los ladrones iban de casa en casa», asegura Virgínia Martínez, una de las vecinas que ha canalizado el malestar colectivo tras la oleada de robos que ha habido en urbanizaciones como el Far o la zona Estival.
Virgínia y otro vecino expusieron la situación al ayuntamiento y al jefe de la Policía Local. «Se comprometieron a poner más patrullas y durante un tiempo fue bien, pero con la llegada de la temporada alta no llegan a todo y por aquí no se les ha visto», critica. Ante la proliferación de casos, los vecinos y vecinas se organizaron y crearon un grupo de WhatsApp para estar alerta. Una medida que han tomado también en otras localidades como en Miami Platja, donde también están sufriendo este problema. «Es una forma de estar vigilantes y avisar en caso de que se produzca un robo o veamos algo sospechoso. Nosotros mismos vimos desde casa cómo tres personas grababan la casa de enfrente para buscar formas de colarse», expone Virgínia.
Las denuncias por robos en la zona de Cap Salou han sido continuas e incluso los Mossos les han pedido colaboración para poder frenar a estas bandas, ya que en muchos casos actúan en pleno día y a cara descubierta. «Los Mossos están encima siempre que les llamamos y hemos participado en alguna rueda de reconocimiento», cuentan los vecinos.
El caso más grave tuvo lugar en una vivienda donde los ladrones entraron a robar en dos ocasiones. La primera vez, los intrusos accedieron por la puerta del garaje y se llevaron joyas y otros objetos de valor. Los dueños estaban en el interior y pudieron ver como arrasaron con toda la casa utilizando un hacha. Al cabo de diez días, los ladrones regresaron y destrozaron una pared para llevarse la caja fuerte.
El día a día en estas zonas residenciales ha estado marcado este verano por el temor a los robos y también por el vandalismo. Aunque reconocen que con la llegada de septiembre, la alarma ha disminuido, afirman que «intentamos estar muy activos para evitar que haya más casos. Hay personas que tienen mucho miedo. No se puede vivir así».