No desaprovechar comida gracias a la práctica de espigar alimentos
La entidad Espigoladors, que lucha por el aprovechamiento de productos del campo, convoca a grupos de voluntarios para recoger los excedentes agrícolas
La práctica de espigar lleva haciéndose desde años inmemoriales, cuando personas con pocos recursos recogían para consumo propio las cosechas que los agricultores dejaban en el campo porque no podían venderlas.
En 2014, nació la asociación Espigoladors en el Parc Agrari del Baix Llobregat, donde hay mucha agricultura concentrada y es muy visible todo lo que queda en el campo. En 2019, desembarcó en la provincia de Tarragona. La entidad se creó en medio de un contexto de crisis económica y desigualdad en el que la tarea de los espigadores se había transformado en buscar por los contenedores de basura de los supermercados y no en el campo.
La tarea principal de la entidad es trabajar por el aprovechamiento alimentario y luchar contra el desperdicio de los productos. Esto lo hacen a través de acciones directas como la recogida de los excedentes agrarios mediante voluntarios para donarlos a entidades sociales.
«Se empezó el proyecto porque es una pena que quede comida en el suelo, ya que hay un 20% de la población que no puede acceder a una dieta saludable, y para sensibilizar a la ciudadanía sobre la problemática del despilfarro alimentario», explica el delegado de Espigoladors en Tarragona, Daniel Martínez.
Cuando la asociación llegó a Tarragona, hace cuatro años, los cítricos sufrieron un cambio de ley y empezaron a entrar desde Sudáfrica y Marruecos. Eso provocó que la competencia de precios se disparase y los agricultores trabajasen con pérdidas y no les salía a cuenta recogerlos. «Eso provocó que tuviésemos muchas llamadas de productores de cítricos del Ebre, para que fuésemos a recogerlos», explica Martínez.
Ya llevan dos años establecidos en la provincia y colaboran con el programa de garantía alimentaria del Ayuntamiento de Reus y otras entidades locales como Creu Roja de Cambrils o Càrites de Riudecanyes, dependiendo de dónde se hagan las espigadas.
Una de las localidades más frecuentadas es Cambrils, que cuenta con grandes terrenos de huerta. Sobre todo, se mueven por los terrenos cercanos al Parc Samà, donde recolectan todo tipo de alimentos, según temporada. Ahora es época de calabazas. El jueves pasado se hizo una espigada de este producto y se hará otra esta semana. Los agricultores no recogen las que están rotas o son muy pequeñas, no aptas para la venta.
Camí es una habitual en las recogidas. «Judías, calabacín, calabaza... suelo a ir a todas las que hacen en Cambrils», asegura. Conoció el proyecto gracias a una amiga y confiesa que le «encantó». El proyecto ya empieza a ser conocidos y eso hace que cada vez cuenten con más voluntarios.
En total, la decena de voluntarios recogieron unos 1.500 kg, que el Banc dels Aliments y el Taller Baix Camp vinieron a buscar para repartirlo entre los centros sociales que dan de comer o a diferentes parroquias.
El domingo 8 de octubre se realizará la maratón de espigadas que tendrá lugar en cuatro puntos de Catalunya. Aún está por decidir la localización exacta en Tarragona.