Más presencia policial en los paseos marítimos para hacer frente al top manta
Con la llegada de los meses de verano, los vendedores ambulantes ilegales han vuelto a tomar las zonas más turísticas en localidades como La Pineda, Cambrils, L’Hospitalet o Calafell
Es una de las estampas que se repiten cada verano en nuestro litoral. Con la llegada del buen tiempo y el incremento de turistas, se produce también la proliferación de vendedores ambulantes ilegales en los paseos marítimos de la Costa Daurada. Localidades como L’Hospitalet de l’Infant, Cambrils, Vila-seca o Calafell batallan cada temporada con este fenómeno que, lejos de desaparecer, vuelve año tras año con la misma fuerza. Aumentar los patrullajes en las zonas conflictivas como medida disuasoria e incidir sobre el comprador para concienciar sobre los problemas que genera al comercio legal son las principales herramientas que despliegan los ayuntamientos.
Si hay un rincón paradigmático de esta actividad desde hace años, es el paseo marítimo del Cap de Sant Pere, a la entrada de Cambrils desde Salou. Este es el punto de encuentro de decenas y decenas de manteros que en más de una ocasión han protagonizado momentos de tensión con los cuerpos policiales. El jefe en funciones de la Policía Local de Cambrils, Manel Muñoz, apunta que son «conscientes» de que existe el problema del top manta y que por ello hacen actuaciones con los Mossos d’Esquadra para minimizar su presencia.
«Seguimos con la estrategia de montar dispositivos para desalojar a los vendedores. Hay una acumulación importante en la zona del Cap de Sant Pere, pero tenemos que decir que prácticamente la mayoría de ellos no son residentes de Cambrils, son de Salou», señala el jefe en funciones, que añade que desde el año pasado han detectado un cambio en la forma de actuar de los vendedores. «Ahora no hay la invasión total del paseo que se producía antes, cuando no se podía ni transitar. Ellos mismos procuran que el carril bici quede libre y no ocupan todo el paseo para dejar paso a los viandantes. También hemos observado que hay franjas horarias en las que ya no se colocan tanto como antes», explica.
Los agentes también vigilan otras zonas del litoral cambrilense donde se detecta presencia de manteros, como las playas de la Llosa, donde también se realizan actuaciones. Respecto al verano pasado, Muñoz afirma que no se ha registrado un número superior de vendedores y remarca que en la zona de Consolat de Mar, en el puerto, se ha conseguido evitar su presencia.
Más agentes en La Pineda
Otro de los puntos calientes del top manta en la Costa Daurada se encuentra en La Pineda. En este caso, la venta ambulante ilegal se concentra en un tramo del paseo Pau Casals, conocido como Punta Prima, entre las calles Muntanyals e Hipòlit Lázaro. Hay otro punto del paseo, bajo los pinos junto al puesto de socorro del servicio de salvamento, donde tradicionalmente también se han colocado los manteros. Sin embargo, este verano todavía no se ha detectado la presencia de vendedores en este punto.
Desde el Ayuntamiento de Vila-seca reconocen que es complicado erradicar por completo este tipo de actividad, pero como cada año ya se han puesto en marcha patrullajes disuasorios de la Policía Local para desplazar a los manteros a otros lugares. El concejal de Seguridad y Civismo, Josep Toquero, explica que «desde principio de verano ya se está actuando en días concretos y de momento se está consiguiendo que se trasladen a otros lugares. La presencia policial es lo único que se puede hacer y en eso es en lo que hacemos énfasis. Intentamos actuar de una forma amable, sin crear conflictos». De hecho, la presencia habitual de agentes en la zona ayuda a que no se produzcan grandes concentraciones como pasa en otras localidades.
Los domingos, en L’Hospitalet
Otra de las zonas menos conflictivas es l’Hospitalet de l’Infant. Allí, el problema del top manta es mucho más visible el domingo, día en el que se organiza el mercado ambulante en la Punta del Riu, al lado del Port Esportiu. «Los manteros se ubican en una zona contigua al mercado y respetan a los paradistas, no se ponen dentro de lo que es el mercado. Hemos llegado a tener hasta 120 manteros pero este año no hemos detectado que haya más, más o menos como cada verano», indica el sargento Sergi Navarro, de la Policía Local de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant.
El sargento explica que algún día puntual también detectan algún mantero en la playa de la Almadrava, pero en general es el domingo cuando se produce este despliegue de manteros que venden bolsos, camisetas y calzado falsificado. Entre semana, el cuerpo policial los controla con la patrulla de proximidad y, el domingo, el dispositivo cuenta con un refuerzo para que seis agentes vigilen la zona. Asimismo, como en otras localidades, están coordinados con Mossos d’Esquadra por si sucediera un incidente. «El mes de junio ha sido fuerte pero no han habido incidentes», asegura.
Vigilantes privados
Desde hace semanas, en Calafell un equipo de vigilantes realizan tareas de información a las personas que compran en el top manta. El objetivo es explicar los daños que supone esa venta para el comercio del municipio, ya que cada euro que se gasta en los manteros no se hace en locales que pagan impuestos y generan empleo.
La iniciativa de recurrir a unos informadores que están contratados mediante una empresa externa tiene un objetivo disuasorio, ya que no tienen potestad para echar a los vendedores de las zonas que ocupan en el paseo marítimo. Sin embargo, están en contacto permanente con la Policía Local y en el caso de considerar que hay un excesivo número de manteros o que afectan a las terrazas y paseantes por el espacio que ocupan, les avisan.
La concejal de Comercio, Luisa Lastra, señala que la información a los compradores busca la concienciación, «aunque también es necesaria la acción policial en casos de necesidad». De hecho las patrullas policiales motivan que los manteros recojan las mantas y vayan a la playa, con lo que pierden posibilidades de venta y con ello se pretende que descarten acudir a Calafell.
Los comerciantes explican que hay vendedores que son del municipio, pero esta temporada también se ha detectado que proceden de localidades vecinas como sucedía hace años. En este sentido, los manteros locales acostumbran a colocarse en los extremos del municipio, donde hay menos establecimientos, pero los vendedores que llegan de otras localidades extienden sus mantas en la zona más comercial del paseo.