Los restaurantes del paseo de Altafulla deben retirar sus tarimas, una vez más, por el temporal
La DANA del primer fin de semana de septiembre engulló, una vez más, toda la arena, y las plataformas quedaron suspendidas en el aire
Nuevo batacazo el que ha sufrido la playa de Altafulla y, por ende, los restaurantes del paseo Botigues de Mar. Una vez más, el temporal del primer fin de semana de este mes de septiembre, se engulló toda la arena y desaparecieron por completo los 6 metros de distancia mínima que debe haber entre la tarima de los establecimientos y la línea del mar. Por tanto, se han tenido que retirar las estructuras.
A pesar de que, tras el temporal, las tarimas quedaron suspendidas en el aire, el coalcalde de Altafulla, Jordi Molinera, celebraba que «por suerte, el mar no engulló ninguna terraza ni tampoco se corrió el riesgo de que pudiera suceder algo así», e insistía en que «por suerte la DANA ha llegado la primera semana de septiembre» porque «si esto sucede en pleno agosto, desde luego entonces tenemos un problema». Igualmente, se han tenido que quitar, lo que por ahora deja lejos la opción de disponer de una estructura fija, una intención que el Ayuntamiento anunció a finales de junio pero para la que debe haber, siempre, esos 6 metros mínimos requeridos por Costas del Estado entre la terraza y el mar.
Junto con este impedimento, cojea también la posibilidad de que los restaurantes de Botigues de Mar abran todos los meses del año, otra voluntad que también anunció el consistorio. En este sentido, Molinera remarca que «esto depende más de Costas que de nosotros. Si no hay arena, nosotros no podemos remover la que hay para atender a intereses privados». Aún así, el coalcalde de Altafulla asegura que «entendemos la situación y seremos flexibles y receptivos a lo que quieran los restauradores, sea alargar o no la temporada».
Reducir el impacto visual
Poder tener una estructura fija sobre la arena no solo daría la posibilidad a los restaurantes, de desestacionalizar la temporada turística, sino que también se limitaría el impacto visual que genera el colocar las terrazas encima del propio paseo. Disponer en el paseo de un 40% del espacio que ocupa cada tarima es el acuerdo al que el Ayuntamiento y los restaurantes llegaron siempre y cuando no haya la distancia de 6 metros para poner instalar la tarima sobre la arena. Esto genera malestar entre los vecinos, que en plena temporada turística ven invadido el paseo, cuando esto podría evitarse.
Soluciones más allá de la arena
En los últimos años, Costas ha aportado en varias ocasiones, distintas cantidades de arena para evitar la regresión de la playa de Altafulla. Todas han acabado engullidas por el mar, también la última, que se hizo en plena campaña electoral.
A la espera de recibir los primeros resultados del estudio de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) sobre el comportamiento de la arena en el litoral altafullense y valorar, entonces, qué opciones hay para evitar estas regresiones, Jordi Molinera también valora la posibilidad de «hormigonar el paseo por debajo». Este, manifiesta, «es un tema que se puede poner encima de la mesa con Costas, pero entendemos perfectamente que ahora no es el momento porque tienen toda su atención puesta en las Terres de l’Ebre».