Los cambrilenses toman la medida a la ‘nueva’ Rambla

Cambrils ya puede presumir de la nueva Rambla Jaume I. Algún mes más tarde de lo previsto y a escasos dos días para que la ley electoral prohiba a todas las administraciones más inauguraciones ante la cercanía de las elecciones, el Ayuntamiento de Cambrils organizó ayer una gran fiesta popular para celebrar la apertura definitiva de la vía.

Las obras se pusieron en marcha en enero de 2022 y el estreno de la remodelación, que ha convertido la rambla en un gran paseo en plataforma única y con prioridad para los peatones, no se lo quiso perder nadie.

Fue una fiesta sin parlamentos ni cintas inaugurales. Con música, pasacalles y un vídeo time lapse que mostraba en una pantalla gigante cómo ha sido la evolución de las obras el último año.

La renovada plaza de Aragó fue el epicentro de la celebración. Con alguna valla de obra y mobiliario todavía por instalar, un gran escenario, donde actuó el grupo cambrilense Stacey Malibú, presidía la plaza. En este mismo espacio está previsto instalar en las próximas semanas una escultura del artista local David Callau. Una obra, inspirada en la posidonia, que servirá para poner un poco de color a una Rambla donde «predomina el gris», tal y como comentaba una vecina.

En lugar del tradicional corte de cinta, el consistorio optó por una lona gigante con una foto del aspecto anterior de la rambla, de 6x4 metros. El alcalde y demás regidores de la corporación se encargaron de desplegar la lona.

Fue un momento de pocos efectos especiales, más allá de volver a ver casi juntos a Enric Daza y Oliver Klein tras la marcha del partido y posterior expulsión del gobierno del que ha sido concejal de Urbanismo en casi todo el desarrollo de las obras.

La sensación generalizada era de satisfacción y, aunque hacía tiempo que los peatones ya podían pasar, cientos de personas se acercaron a recorrer la rambla, después de catorce meses de obras. Sin embargo, las dudas sobre cómo funcionará la movilidad de vehículos y la falta de árboles o zonas de sombra continúan preocupando a los vecinos.

«Es un cambio radical que le va a dar otra vida a la zona. Es una gran mejora, y sobre todo para los niños, ahora que no pasan tantos coches. Lo ideal sería que no pasara ninguno», señalaba Yolanda. Para Verónica, la remodelación supone «más tranquilidad. Antes no era una zona para pasear y había mucho tráfico. Hoy ya se ve mucha gente y seguro que a partir de ahora será una zona muy agradable», apuntaba, a pesar de que «este verano quizá se echarán de menos los árboles para combatir el calor».

Entre los comerciantes, la esperanza es que después de todo el sacrificio del último año y pico, esta temporada turística la Rambla Jaume I atraiga buena parte de los visitantes que pasean por el barrio del puerto y que «aquí no llegaban nunca», explicaba Lluïsa, de la perfumería Gotta.

Por otra parte, los empresarios de la zona celebran que por fin puedan acceder los transportistas a descargar mercancía, aunque aplauden la limitación al tráfico. En este sentido, Lluïsa apuntaba que «una buena idea sería que los fines de semana estuviera completamente cerrada para los peatones, como se hace en algunas zonas de Reus».

Por su parte, el acalde se mostraba exultante tras el paseíllo inaugural que dieron los concejales, precedidos por la música y los bailes de los chicos y chicas de la escuela de música Jose de Azpiazu, de Guipúzcoa, que estos días se encuentran haciendo una estancia en Cambrils. «Es un hito, no solo por la Rambla y por el Port, sino para todo Cambrils. Todos los cambrilenses sabían lo que suponía esta obra, la dificultad y también las consecuencias y las ventajas que nos dará. Lo hemos conseguido», celebraba.

Prueba piloto de circulación

En estas primeras semanas, tal y como detalló Klein, se llevará a cabo una prueba piloto «atrevida» para la circulación de vehículos. El paso estará abierto por las mañanas, tanto para carga y descarga, como para vecinos que accedan a los garajes o coches de paso. Desde las 17h hasta la 1h, se permitirá únicamente el paso a los veicnos de la zona.

Sin embargo, todavía no se ha instalado ningún sistema de pilonas o de otro tipo para cerrar el paso a los coches, que podrán circular con un límite de velocidad de 10km/h. «Es una apuesta por la calidad de vida, por la lucha contra la contaminación y por un modelo más sostenible de urbanismo y de ciudad», expresó.