La Pineda tendrá en 2025 una gran laguna artificial con una isla de 2,7 hectáreas

El Port de Tarragona inicia los trabajos de restauración ambiental del espacio protegido de Els Prats d’Albinyana, en los terrenos anexos a la futura ZAL

Ya están en marcha los trabajos de restauración ambiental de Els Prats d’Albinyana, la zona natural protegida que se encuentra en los terrenos del Port de Tarragona en La Pineda, junto a la futura Zona de Actividades Logísticas (ZAL).

Se trata de una de las actuaciones de restauración de zonas húmedas más importantes que se ha impulsado en Catalunya. Una de las medidas compensatorias que estableció el estudio de impacto ambiental por la urbanización de la ZAL. La inversión que realizará el Port asciende a 2,3 millones de euros y la previsión es que esté lista a finales de 2025.

La actuación abarca un espacio de 37,8 hectáreas que forman parte de la Xarxa Natura 2000 y que están catalogadas dentro del Pla d’Espais d’Interès Natural (PEIN). La restauración medioambiental servirá para eliminar los restos de actividades humanas que todavía quedan en la zona, así como para reforzar las especies naturales y el ecosistema de humedal.

«Esta es una oportunidad enorme. La restauración de espacios naturales es una cosa que no se asocia a un puerto industrial, pero estoy convencido de que estamos siendo punta de lanza de una nueva manera de plantear los puertos», ha manifestado el presidente del Port, Saül Garreta, durante la visita de inicio de obras que se ha celebrado este miércoles.

Por su parte, el alcalde de Vila-seca, Pere Segura, ha asegurado que este proyecto «busca compatibilizar diferentes actividades, buscando la protección de las especies y de los hábitats naturales para hacerlos compatibles con otra especie invasora como es el ser humano». El edil, además, ha defendido que «Vila-seca ha sido precursor y desde los años 90 apostó por conservar su litoral y desurbanizar espacios de la costa» y ha afirmado que este es «un proyecto capital, porque hace de tampón, de frontera y de elemento de cohesión entre la futura ZAL, el frontal del núcleo de La Pineda y la playa».

«Estamos creando la mejor de las transiciones entre aquello que mueve la economía y el sitio en que residimos. Es una de tantas piezas del territorio que hacen de cojín entre la industria y otras actividades», ha declarado Xavier Villacampa, director de los Serveis Territorials del Departament de Territori a de la Generalitat.

Recreación de cómo será la zona natural de Els Prats d’Albinyana, al lado de la futura ZAL del Port de Tarragona. Foto: APT

Así, se construirá una gran laguna artificial, que tendrá una isla en el interior de 2,7 hectáreas. Un espacio pensado para favorecer la nidificación de aves migratorias y autóctonas en peligro, como es el caso de la gaviota de Audouin (gavina corsa en catalán). Asimimo, se ampliará la vegetación con la plantación de hasta 13.000 árboles para crear un bosque de ribera y 45.000 plantas más propias de sistemas salinos.

Los primeros trabajos, que ya se han puesto en marcha, consisten en la eliminación de especies invasoras. Próximamente, se procederá a la despavimentación de accesos y caminos, así como de los restos del camping que había antiguamente en estos terrenos. Después, se excavará la zona de la laguna y se plantarán las especies vegetales. Todo el entorno contará con senderos y pasarelas de madera para el paso de personas sin interferir en las zonas húmedas. La duración total de las obras será de doce meses.

En paralelo, la Autoritat Portuària de Tarragona elaborará un plan de gestión para el espacio, que acabará de definir cómo se accederá. La intención es que la zona sea de acceso controlado, a través de visitas guiadas, para favorecer la vida salvaje y la reproducción de la fauna que ya habita el espacio. Una gestión similar a la que se hace en el espacio natural de la Séquia Major.

Mientras se desarrollen las obras, se valorará la captura y traslado de animales a otros espacios naturales o a refugios para minimizar las afectaciones y se devolverán una vez finalicen los trabajos. En esta zona habitan especies vulnerables y en peligro de extinción como el escarabajo azul, la mariposa monarca o el eslizón tridáctilo (bívia).