La Galera, la Farnaca y la Farnaqueta recorren Cambrils
La Festa Major de Sant Pere lució la ‘cercavila’ bailando al ritmo de los tambores por las calles de la ciudad. Recorrió el Passeig Miramar con los gigantes de Cambrils y la Galera, la Farnaca y la Farnaqueta
Cambrils celebró ayer la cercavila, con motivo de la Festa Major de Sant Pere.
Comenzó en la Església de Sant Pere, a las 19.00 horas,y podía verse cómo la gente, llegada esa hora, empezó a agruparse alrededor del desfile. El baile de diablillos de Els Cagarrieres con su bestia de fuego, La Galera, dio el pistoletazo de salida de lo que estaba por venir.
La cercavila comenzó a recorrer las calles del pueblo, llevando la alegría y la diversión a todos los rincones de Cambrils. Niños y mayores disfrutaban al ritmo de la música que podía oírse en todas partes.
Los espectadores, todos con una enorme sonrisa en el rostro, se agolpaban en las calles tomando fotografías y disfrutando del ambiente festivo. Con cada banda de música que pasaba, ya fueran els Timbalers Cop de Cap o els Timbalers de la Farnaca y los Nyanyos Timbalers, las calles se contagiaban de la alegría y el entusiasmo de los músicos. Los más pequeños también se les veía en algunas de las bandas, con su tambor y sus baquetas.
La Galera, la Farnaca y la Farnaqueta, y los gigantes fueron, sin duda, los elementos festivos más representativos de Sant Pere. Todos ellos bailaban al ritmo de la música y pasaron por la ciudad deteniéndose en varios lugares para animar a los demás. Los niños y niñas reconocieron rápidamente a esas bestias de fuego. «Papá, mamá la Galera», se podía escuchar. Hay que decir, que la mayoría de los pequeños no tenían miedo al fuego que esas bestian soltaban.
A medida que el recorrido avanzaba, los bailes y la música no decaían en ningún momento, y creaban una atmósfera llena de vida. Una muy buena energía que se transmitía y se contagiaba entre los asistentes.
Cuando llegaron a la Plaça Mossèn Joan Batalla, los protagonistas se detuvieron y un pasillo de multitud abrió paso a las bandas de timbalers y a las figuras festivas mientras el fuego de los diablillos sorprendía al público.
Miraras donde miraras, los colores vívidos de los disfraces y los adornos acompañaban a hacer que el entorno fuera más espectacular, y hasta los más pequeños se agrupaban para bailar.
Después de un largo recorrido por las calles de Cambrils, la cercavila pasó por el Passeig Miramar, donde sorprendió gratamente a toda esa gente que estaba tomando algo en alguna terraza y que no esperaba la visita de los tambores.
Finalizó en las Escales Reials del Mollet del Rec. Todo el mundo estuvo expectante y emocionado porque la Galera, la Farnaca y la Farnaqueta, y los gigantes daban por finalizado el acto moviéndose al ritmo de la música que, además de ser los timbalers, los asistentes también pudieron disfrutar del Ball de Baston de Cambrils.
Los diablillos, desde los más pequeños hasta los más grandes, pasaron uno a uno con su tridente escupiendo fuego.
Fue una fiesta maravillosa que reunió a toda la comunidad para celebrar la tradición de la cercavila de Sant Pere. Gracias a la música, la energía y la alegría que se desprendía, el ambiente estuvo en todo momento lleno de positividad y nadie pudo resistirse a disfrutar al máximo cada segundo del pasacalles.