La Escola d’Esports Nàutics de Vila-seca busca mantenerse

Desde julio se pueden alquilar kayaks, paddle surf y catamaranes en la playa de La Pineda

En un verano de calor extremo, las actividades acuáticas se han convertido en el plan favorito de turistas y residentes para combatir las altas temperaturas. En la playa de La Pineda, al final del paseo, han decidido abrir este verano la Escola d’Esports Nàutics, donde se pueden realizar actividades acuáticas como la escuela de vela, alquiler de material náutico y clases de introducción a modalidades deportivas que se encuentran en pleno auge como el kayak, windsurf o el paddle surf, entre muchos otros.

Con solo un mes de vida, grupos de residentes locales y de otros municipios cercanos a Vila-seca ya se han acercado a la caseta para lanzarse al agua.

Abrir un negocio de estas características a finales de julio no les ha permitido asentarse ni tener un gran número de clientes, pero desde la escuela ya están trabajando para mejorar de cara a la próxima temporada.

El responsable de la Escola d’Esports Nàutics de La Pineda, Adrián Arismendi, asegura que «tenemos muchas ganas de empezar el verano que viene y dar a conocer el sitio para que venga más gente». De cara al próximo año, se plantean tener más oferta y que mucha más gente se pueda acercar al recinto. Será trabajo de promocionar y vender el producto para que la gente pueda conocer estas actividades.

Desde la escuela quieren agradecer las facilidades y las buenas condiciones que les ha puesto el Ayuntamiento de Vila-seca. «Esta playa es perfecta. Es grande, tranquila y tiene una arena lisa que permite realizar las actividades», destacan.

Pocos turistas

Sorprendentemente, el perfil más común que se ha pasado por la playa de La Pineda a realizar las actividades han sido residentes de Vila-seca o gente cercana al territorio. «No hemos tenido a muchos extranjeros. Sobre todo han sido personas locales y algún perfil de gente más vacacional, pero eran españoles», explica Arismendi.

Una posible explicación a este perfil tan cerrado puede ser por el descuento que tienen los residentes. Con la tarjeta VilaCard, los usuarios locales pagan un 30% menos en las actividades acuáticas.

Para el público de fuera, el paddle tiene un precio de 17 euros, pero con este descuento, los usuarios locales pagan solo 12. Pasa lo mismo con los kayaks, tanto individuales como dobles. Con el de dos personas –el más común–, de 22 euros se pasa a los 15.

Estas dos actividades han sido de las más populares y las que han tenido un reclamo mayor por parte del público. Arismendi comenta que son «más asequibles y aptos para todo el mundo». «Además, no hace falta dar clase ni tener instructor», añade.

En cambio, hay otras opciones como el catamarán, el cual necesita más que una simple explicación para poder manejarlo y eso tira para atrás a muchos de los usuarios.

Fin de la temporada alta

Ya con el verano llegando a su fin, se encuentran con menos gente que pase por el recinto a probar. Los usuarios de las playas van disminuyendo y muchos de los turistas vuelven a sus hogares para encarar la vuelta a la rutina. Además, estos días de viento y lluvia no son los ideales para que el mar esté calmado. Aunque todo el mundo sabe que es necesario este tiempo.

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