K9 de Creixell: los héroes anónimos de las catástrofes
Su presidente, Pere Frutos, ha vuelto hoy lunes de la zona devastada del terremoto de Turquía liderando a un equipo de cuatro personas que han colaborado en las labores de rescate
Pere Frutos tiene 62 años y una salud que le debería impedir según qué tipo de aventuras. Pero en la balanza del ayudar al prójimo y quedarse en reposo siempre se decanta hacia el mismo lado.
Esta mañana de lunes, Pere y Kiko Baltrons aterrizaban en el aeropuerto de Barcelona procedentes de Estambul. Antes de llegar a casa, los dos integrantes de la Unitat Canina han tenido que recorrer tortuosas carreteras desde la zona cero del terremoto, Kahramanmaras, hacia el aeropuerto de Adana. Y de esas pistas despegar hasta la ciudad que vigila el estrecho del Bósforo. Una odisea nada comparable a la semana que han vivido entre escombros, frío, lágrimas y alguna que otra sonrisa.
«Estamos muy cansados. Ha sido una experiencia agotadora, con más de 20 horas diarias de trabajo sin cesar», explica el presidente. Junto él y Kiko se sumaron dos componentes más de la delegación de Portugal, Marcos Saraiba y Nuno Vieria, que tramitaron su viaje desde Lisboa directamente al país otomano.
El cuarteto ha estado en Kahramanmaras y allí todo ha sido un paisaje aterrador. «Las mismas autoridades turcas decían que era como si hubieran caído cinco bombas atómicas», admite el presidente de la ONG.
Frutos se siente satisfecho por el trabajo. Admite que han marcado un sinfín de pistas. No las cuenta, nunca lo hace. Algunas eran cadáveres, otras había un halo de vida. Reconoce este creixellense (aunque nació en la provincia de Barcelona) que han encontrado más personas con vida de las que se esperaban. «Y la clave es poder trabajar a las 72 horas de la catástrofe», explica.
Él se activo nada más conocer por las noticias el terremoto devastador que azotó Turquía y Siria. Empezó a llamar a todas las puertas que se le ocurrían para poder encontrar pasaje en alguno de los vuelos humanitarios.
Consiguió dos pasajes del consulado de Turquía y animó a Kiko para que le acompañara. Junto a ellos dos iban Kiwi y Gero, dos perros rastreadores de primera división. Más tarde, Marcos y Nuno saldrían de Lisboa con Grey y Astro rumbo a la zona cero del terremoto.
Pere admite que ninguno de los cuatro integrantes y los perros han sufrido cualquier percance de salud, aunque ha habido momentos en que «uno se jugaba la vida» por la fragilidad de las montañas de escombros, las réplicas y la desesperación personificada de miles de personas que sobrevivían en la calle con lo puesto, a pesar del frío terrorífico que azotaba cada vez que se ponía el sol.
El trabajo ha durado una semana y una vez subidos al avión de Adana, «lo vivido, las tragedias, el sufrimiento... todo debe quedar en tierra. No puedes trasladar el dolor, esas sensaciones vividas a casa porque te torturas tú por ello y perjudicas a tu familia», admite Pere, cuyo historia de rescates y de vivencias son casi interminables.
En el viaje de vuelta a casa, Pere y Kiko deberán hacer una descompresión de emociones y recuperar poco a poco el ritmo de su normalidad. «Y a los perros, lo mismo. Deben descansar de su rutina las primeras horas y luego volver a entrenar para estar preparados para el próximo viaje», admite el presidente.
Frutos remarca que todo el esfuerzo ha valido la pena, aunque teme cuando lleguen las facturas de teléfono y otros gastos que nadie cubre. «No tenemos subvenciones, ni ayudas públicas de nadie». Yo agradezco las muestras de solidaridad individuales que la gente nos hace y con ello la Unitat Canina K9 sobrevive. Con su teléfono (+34 670 23 48 16) él explica al mundo lo que hace K9 de Creixell y en él si alguien quiere colaborar puede hacerlo por el método del bizum con su teléfono +34 670 23 48 16