Inversión de 100 millones en un municipio tarraconense para fabricar hidrógeno verde
La danesa European Energy ya tiene los terrenos en Roda de Berà. El Ayuntamiento, reacio de inicio, se abre al proyecto. La planta incluye parque solar y eólico y hasta una desalinizadora si fuera preciso
Una nueva concepción de kilómetro cero en la generación de hidrógeno verde: la energía renovable necesaria se producirá junto a la misma planta de gas. El proyecto Power-to-X de la danesa European Energy prevé invertir unos 100 millones de euros en una planta de hidrógeno planificada en la zona sur de Roda de Berà, junto al polígono, en dirección a Creixell.
La iniciativa se encuentra ahora intentando captar subvenciones, tanto a nivel de España como de Europa, que faciliten la materialización de la infraestructura. Los promotores aclaran que se hará independientemente de las ayudas. Los impulsores afirman que ya tienen cerrado el alquiler de los terrenos, a 30 años.
La construcción de la fábrica generará 150 empleos directos y unos 250 indirectos. Posteriormente, se crearán entre 30 y 40 puestos directos para operaciones y mantenimiento.
«Estamos avanzando en cuestiones de subvenciones, entre ellas la subasta europea del hidrógeno y abordando también las autorizaciones por parte de la Generalitat. Hemos pedido el punto de conexión eléctrica», explica Francesc Vayreda, CEO de Green Inception, una empresa de ingeniería local que interviene en el proyecto.
Producir y almacenar
La firma sostiene que «la planta gasística será capaz de generar unos 10.700 kilos de hidrógeno al día que serán parcialmente almacenados, transportados a consumidores de la Vall de l’Hidrogen de Catalunya e, en último término, inyectados a la red de gas natural u otras tuberías proyectadas para su uso».
Dado que la fabricación de hidrógeno verde precisa de grandes cantidades de energía renovable, la compañía pretende asegurar el suministro con sus propias instalaciones: una planta fotovoltaica de 40 MW, compuesta por alrededor de 80.000 paneles, y 20 MW de eólica, producidos por entre tres y cuatro aerogeneradores. «Hay pocas plantas en las que la energía eléctrica se produzca ‘in situ’», apunta Vayreda.
El otro componente primordial es el agua, elemento indispensable y a su vez de delicada gestión en tiempos de sequía como los actuales. Por eso mismo, la promotora plantea la posibilidad de levantar también una desalinizadora, si fuera necesario, junto con otras empresas. Sería una inversión aparte de los 100 millones previstos. También podría tener otros usos, por ejemplo, domésticos, más allá del industrial.
Todo ello, en un enclave considerado «estratégico»: «La planta estaría entre zonas industriales de Tarragona y de Barcelona y muy cercana a la AP-7, que es importante para la distribución», indica Vayreda. La previsión es que la fábrica pueda entrar en funcionamiento máximo a finales de 2027.
Los clientes de ese hidrógeno pueden ser la industria y también el transporte. «Queremos aportar a diferentes empresas, de movilidad, para procesos industriales o para sustituir gas natural», cuenta el responsable de Green Inception. Los camiones plataforma deberán trasladar ese hidrógeno, que también podría ir por tubería.
Proyecto conjunto
En noviembre, la empresa participó en las jornadas de la Semana del Hidrógeno, en el Port de Tarragona, donde presentó su propuesta. Ya allí mencionó la posibilidad de participar en un proyecto conjunto de desalinizadora.
En un inicio, el Ayuntamiento se mostró reacio al proyecto, por su impacto, entre otras cuestiones. «Nos opusimos cuando salió porque no habíamos podido mirar el proyecto, que tenía un alto consumo de agua y mucha ocupación de hectáreas», explica ahora el alcalde del municipio, Pere Virgili. El edil se muestra ahora más proclive a acoger esta instalación: «Queremos que se ajuste a lo idóneo, pero al final enlaza con el discurso de país de cara al futuro, y alguien tiene que producir este tipo de energía. Ya dijimos que agua de pozo no podemos suministrar».
Virgili recalca que si el proyecto va avanzando «acabaríamos aceptándolo, si se cumplen todos los requisitos que se piden, en cuanto a seguridad o reducción del impacto, porque al final es una inversión importante que genera lugares de trabajo y estamos hablando de una energía verde».
Kilómetro cero
La propuesta, desde que salió a la luz a mediados de 2022, ha ido cambiando. Isaac Justicia, director técnico de la Vall de l’Hidrogen de Catalunya, reconoce que en el contexto del valle «se trata de un proyecto muy importante, que es el primero con energías renovables de kilómetro cero, asociado a un desarrollo propio».
Para Justicia, «es clave porque es un proyecto independiente, no asociado a ninguna empresa propia de producción sino que se impulsa para dar energía al resto». Se trata, así pues, de un planteamiento ideal y táctico: «La energía se crea allí mismo». Además, el sistema Power-to-X permite que «se destine la molécula resultante a otros usos, como si fuera materia prima», indica Justicia.
Jaume Morron, experto en energías renovables, admite que «la producción local de energía es clave porque te permite evitar todos los peajes, mientras no haya una tarifa especial para hacer hidrógeno». Morron señala que «la mejor solución es tener la propia producción a pie de la instalación, prácticamente como un sistema de autoconsumo» y, todo ello, además, en un contexto incierto de déficit de renovables como el que arrastra Catalunya y que puede poner en peligro la transición energética. «Este tipo de instalaciones son otra demostración de que la industria se colocará allí donde haya muchas renovables, y eso es un peligro para aquellas comunidades que no estén apostando por ellas. Es lo que sucede, por ejemplo, con Lotte Energy, en Mont-roig, que también precisa de esas renovables próximas en forma de parque solar», explica Morron.
2024, un año clave
European Energy es miembro de la Vall de l’Hidrogen, una iniciativa global que va creciendo y que afronta momentos cruciales, como explica Justicia: «Desde mediados del año pasado hay un gran despliegue de nuevos proyectos que esperamos que sean una realidad durante 2024 y se hagan públicos. Hay un interés, especialmente de empresas internacionales, por esta zona de Tarragona y Barcelona, para desarrollar proyectos de hidrógeno, tanto de consumo como de generación».
La Vall está pendiente de que se anuncien algunas grandes producciones vinculadas al hidrógeno verde tanto en los entornos del polígono químico norte como del sur. Otro frente abierto es el de las conexiones para poder importar y exportar hidrógeno.
Por su parte, Green Inception, junto con varios socios y agentes, también está desarrollando un proyecto para producir y almacenar hidrógeno verde en la zona de El Prat de Llobregat, en Barcelona, mediante una planta solar fotovoltaica en formato de autoconsumo. En este caso, se daría un uso industrial en la Zona Franca.
Un nuevo tejido industrial de valor añadido
Los proyectos ligados al hidrógeno verde que avanzan en Tarragona deben impulsar un nuevo tejido industrial con alto potencial exportador. Es, a su vez una fuente de empleo estable y de calidad en esa transición energética que debe asumir la industria tarraconense hacia su descarbonización.
La Vall de l’Hidrogen ha captado solo en Tarragona más de 2.500 millones en inversiones, si se suman los aproximadamente 40 proyectos en marcha, con diferentes niveles de maduración y concreción.
La ecoplanta en El Morell o el electrolizador de Repsol, de 150 MW, en el corazón químico tarraconense y que será el mayor de España, son quizás las joyas de la corona de este impulso al hidrógeno con vistas a la descarbonización. Solo esas dos instalaciones supondrán 1.050 millones de euros en inversión. Más modestos pero igualmente necesarios se antojan Lhyfe, una planta de hidrógeno en Vallmoll, o el proyecto de European Energy en Roda de Berà.