Calafell, Salou, Cunit y Mont-roig guían el crecimiento poblacional en la costa
Las localidades litorales consolidan su aumento demográfico, que se refleja especialmente en los dos últimos años
La provincia de Tarragona ha visto incrementada su población durante 2023 con cerca de 20.000 nuevos habitantes respecto al año anterior, según la revisión del padrón publicada hace unas semanas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre congregan alrededor del 10,7% de la población total de Catalunya, muy por detrás de la demarcación de Barcelona (73,4%), pero por delante de la de Girona (10,2%) y la de Lleida (5,6%), señalan los datos ofrecidos a finales del año pasado por el Idescat.
Pero lo que es aún más significativo en esos estudios demográficos es, dejando de lado ciudades del tamaño de Tarragona, Reus o Tortosa, el continuo y sostenido crecimiento censal en localidades de costa. De Cunit a Vandellòs i l’Hospitalet, ese aumento se ha dejado notar en los últimos cinco años, atravesando de por medio una pandemia que los expertos tienden a explicar como «asumible dadas las circunstancias», mediante un notable ritmo de crecimiento.
Así, El Vendrell es quien a día de hoy se consolida como la localidad con mayor población (39.685 habitantes, según Idescat), seguida de Cambrils (37.629, según el padrón local), Calafell (30.631, que indica el INE) y Salou (30.224 habitantes, apunta el padrón municipal a inicios de 2023). Pero lo que es más relevante, la estadística muestra importantes flujos de aumento población en otros municipios de los alrededores, con una población que parece apostar por esta zona del territorio.
Todas las localidades suben
Entre los casos más significativos a nivel municipal cabe señalar, por ejemplo, el de Calafell (con una subida de 2022 a 2023 de 1.529 censados más), Salou (que de un año para otro incrementó su población en 1.196 habitantes censados, o lo que es lo mismo, el 4,12% de la población), Cunit (624), Mont-roig del Camp i Miami Platja (581), Cambrils (558 empadronados más entre enero de 2023 a enero de 2024), El Vendrell (529), Vila-seca (459), Torredembarra (308), Roda de Berà (216), Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant (102, entre enero de 2024 y enero de 2023), Creixell (86) y Altafulla (75).
Es decir, ninguno de estos municipios de la Costa Daurada ha perdido población entre 2022 e inicios de 2024, según fuentes del INE, Idescat y de los propios ayuntamientos. Cifras que consolidan esta zona como una de las de mayor auge en la demarcación.
Mientras muchos municipios costeros de la geografía española están en regresión demográfica, esta docena de localidades litorales tarraconenses se hallan en plena expansión.
El Baix Penedès
La pandemia y la estrategia contra la despoblación encarada para que las localidades más interiores conserven a sus habitantes no parece haber dado resultados respecto a la zona de costa tarraconense. Los propios estudiosos reconocen que, a nivel de comarcas, el Baix Penedès (3%) lidera la subida de empadronados en Catalunya. Estas cifras siguen la tendencia a más largo plazo, puesto que desde el año 2000, la población del Baix Penedès se ha duplicado.
Cerca del 40% de la población española inscrita en el Padrón Municipal del Instituto Nacional de Estadística está registrada en un municipio costero. El propio INE asegura que el 24% de la población costera de España está censada en municipios de Catalunya, a la que le siguen la Comunitat Valenciana y Andalucía, con el 18,1% y 17,5%, respectivamente.
Importancia de la inmigración
¿Pero qué razones llevan a muchos ciudadanos a mudarse y elegir municipios de costa para residir? José Ángel Pascual cambió Tarragona por Salou. «¿El motivo? Salou está a sólo 15 minutos de Tarragona por carretera y hay una gran calidad de vida. Sí, haría falta que tuviera más vida en invierno, con más posibilidades de ocio, pero también es cierto que tanto en primavera, otoño o invierno puedes pasear por su paseo y sus diferentes puntos de costa sin que esté masificado. El verano es otra historia, como supongo que sucede con otras localidades de costa».
La capital turística de la Costa Daurada contaba a inicios de 2012 con un censo de 26.601 personas, que sólo se vio ligeramente reducido entre los años 2014 y 2017, para recuperar luego el incremento ya sostenido (con un ligerísimo descenso en enero de 2021 con un -0,04%).
Otro de los factores que destacan los estudiosos es la importancia de la inmigración a estas localidades, tanto nacional como extranjera. Uno de los casos más claros es el de Cambrils, que de los 400 ciudadanos del extranjero llegados al municipio en 2012 se pasó a los 1.156 en 2022 y a los 946 en 2023. Únicamente la pandemia del Covid-19 llevó a que las cifras disminuyen en 2020 hasta los 383 nuevos llegados de fuera de España. Actualmente, las comunidades extranjeras más numerosas son, por este orden, las de Marruecos, Rusia, Italia, Ucrania, Rumanía, Colombia, Argentina, Francia, Reino Unido y Brasil.
Youssef se instaló en la ciudad marinera hace dos años. Llegó con su familia desde Marruecos y dice haberse aclimatado bien a la zona. «Me recuerda un poco a mi ciudad, que no era muy grande y allí todo el mundo hacía una vida normal. La gente es, en su mayoría, respetuosa y se puede vivir aquí con un buen clima todo el año. Cambrils tiene algo de multiculturalidad, como la ONU».
También John agradece «la excelente acogida que tenemos la colonia británica aquí. Cambrils es tranquilo y tienes cerca Tarragona, Barcelona, puedes coger el AVE para ir a Madrid en dos horas y media... Además, el mayor complejo de ocio de Europa está en PortAventura. Lo único que haría falta es un mejor servicio de transporte de autobús. Veremos si con el tranvía mejora eso, que facilitaría aún más el traslado a Tarragona o las localidades cercanas».
En Vila-seca ha sucedido algo similar, cuando en 2021 eran 1.263 los foráneos censados en la localidad, aumentando en 2022 (1.647) y 2023 (1.788). En Vandellòs i l’Hospitalet las nacionalidades más numerosas de nuevos censados fueron la marroquí rumana y ecuatoriana (2020, 2021 y 2022), al tiempo que los nuevos llegados de Ucrania ocupaban la segunda plaza de este escalafón en (2023), desplazando a los ecuatorianos.
Perspectivas de crecimiento
Lo que parece evidente es que el crecimiento poblacional en la franja costera continuará produciéndose en los próximos años. Los pueblos del interior cada vez tienen menos habitantes por varias razones, el envejecimiento de la población y la falta de perspectivas económicas. La falta de empleo hace que muchos jóvenes emigren a municipios de zonas litorales. En muchos casos, sus trabajos están en ciudades mayores, por eso solicitan la mejora de transporte y carreteras; y la implantación de servicios sociales, educativos y sanitarios.